La pugna entre el FMI y J.P. Morgan paraliza el desembolso de US$40.000 millones

El auxilio de u$s40.000 millones a Argentina está paralizado por la pelea entre el FMI y J.P. Morgan. El Fondo teme que el préstamo priorice los pagos a Wall Street, violando las reglas multilaterales y la jerarquía de la deuda soberana.

El paquete de asistencia financiera de u$s40.000 millones que Javier Milei negocia con Estados Unidos se encuentra en un punto muerto, producto de una escalada de fricciones institucionales. El tramo más complejo es el préstamo de u$s20.000 millones que debería ser provisto por un consorcio de bancos internacionales (liderado por J.P. Morgan, Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup), cuya exigencia de garantías “sólidas” ha desatado una confrontación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La preocupación central del FMI es que el paquete estadounidense podría establecer una priorización de pagos en favor de Wall Street, lo que violaría las reglas multilaterales y la jerarquía de pagos que el organismo exige para su propia deuda (más de u$s60.000 millones).

El temor del FMI y la violación de la jerarquía de pagos

El Fondo, como principal acreedor de Argentina, ha elevado su voz en reuniones recientes del Directorio Ejecutivo. Directivos del organismo expresaron inquietud sobre cómo el swap ya firmado con el Tesoro y el eventual préstamo bancario podrían subordinar las obligaciones que Argentina mantiene con el FMI.

  • Riesgo multilateral: la directora gerente, Kristalina Georgieva, enfatizó en una conferencia que “el apoyo bilateral debe complementar, no competir, con los programas multilaterales”, advirtiendo que cualquier subordinación erosionaría la paridad entre acreedores oficiales y violaría los estatutos del FMI.

  • Ataque a las reglas: esta definición no es un mero detalle, si Argentina usara reservas reforzadas por el swap para cubrir pagos al Tesoro de EE. UU. antes que las cuotas del FMI (como los u$s822 millones de intereses inminentes), podría interpretarse como una infracción, lo que generaría retrasos en los desembolsos pendientes del Extended Fund Facility (EFF).

Analistas internacionales, como Brad Setser del Council on Foreign Relations, han calificado los riesgos como “inusualmente altos”.

La exigencia de Wall Street y el fantasma del rescate mexicano

Los bancos estadounidenses, escarmentados por los default argentinos, han condicionado el desembolso a respaldos creíbles que mitiguen el riesgo soberano. Las negociaciones se centran en la posibilidad de usar el Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF) de EE. UU. como aval, un activo que dispone de más de u$s220.000 millones en recursos.

Las alternativas de garantía que se discuten son:

  • Avales directos del ESF para mitigar el riesgo de default.

  • Colaterales locales: Flujos de exportaciones de commodities (litio, cobre o soja).

  • Estructura de swap de rentabilidad total, similar a un acuerdo de Angola con J.P. Morgan.

Sin embargo, el uso del ESF para respaldar préstamos privados evoca el rescate mexicano de 1995, donde el fondo absorbió casi todos sus recursos, un precedente que genera recelos en el Congreso de EE. UU., donde demócratas como Elizabeth Warren denuncian el uso de fondos públicos para un país “volátil”. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha intervenido, pero el anuncio final del tramo bancario ha quedado postergado, tentativamente, para la gira de Milei a Miami.

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