La resolución, respaldada por la mayoría del tribunal, se fundamentó en irregularidades procesales denunciadas por la defensa de Áñez.
En tanto, la Justicia argumentó que la sentencia original violaba derechos fundamentales y contradecía las modificaciones en el código penal, afectando el derecho al debido proceso.
La jueza Romer Saucedo, presidente del TSJ, explicó que la revisión extraordinaria detectó que el proceso no debió haberse llevado en la vía ordinaria, sino por un juicio de responsabilidades, como correspondía a un cargo presidencial.
Implicaciones legales y políticas
La sentencia había condenado a Áñez en 2022 por su papel en la crisis política de 2019, tras la renuncia de Evo Morales, y la acusaron de asumir ilegalmente la presidencia.
Sin embargo, la decisión judicial actual anula esa condena, estableciendo que no existen fundamentos sólidos que justifiquen la pena impuesta. La medida pone en evidencia el avance en los esfuerzos por garantizar derechos procesales y la independencia judicial en Bolivia.