Jeanine Áñez, quien fue presidenta interina de Bolivia entre 2019 y 2020, fue liberada este jueves después de cumplir casi cinco años de prisión.
Su salida se produjo tras una decisión judicial que anuló la condena en su contra por los cargos de sedición, terrorismo y conspiración relacionados con el golpe de Estado que derrocó al expresidente Evo Morales en noviembre de 2019.
La anulación de la condena no implica el cierre definitivo del proceso judicial. Según fuentes jurídicas, el fallo apunta a garantizar el derecho a la defensa y a un debido proceso, en un caso que ha generado controversia tanto a nivel nacional como internacional.
Distintas organizaciones han subrayado la necesidad de un juicio justo basado en pruebas claras y no en motivos políticos.
El tribunal que dictó la anulación fundamentó su decisión en irregularidades detectadas durante el proceso original, que, según sus fallos, vulneraban derechos procesales.
Áñez enfrenta otros procedimientos judiciales relacionados con el mismo contexto político, por lo que su situación procesal continúa abierta.