La juventud indígena navega el Amazonas paraha blar en la cumbre del clima

La Flotilla Indígena Yaku Mama, compuesta por jóvenes, navega el Amazonas rumbo a la COP30. El objetivo es exigir financiamiento climático directo y el fin del extractivismo, demostrando que heredan la fuerza y las heridas de la Amazonia para liderar la agenda.

Imagen: gentileza.

Una expedición fluvial sin precedentes está recorriendo el río Amazonas para garantizar que las voces de los pueblos originarios sean escuchadas en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30) en Belém. La Flotilla Amazónica Yaku Mama está integrada por 50 miembros, de los cuales la mitad tiene menos de 35 años, que se han propuesto un viaje de 3.000 kilómetros a través de Ecuador, Perú y Colombia, para llevar las demandas de la selva a la agenda climática global.

Juventud indígena: Liderazgo, resistencia y sabiduría ancestral

La decisión de que la flotilla esté compuesta mayoritariamente por jóvenes responde a un principio de continuidad y urgencia. Alexis Grefa, miembro de la fundación Quipa y parte del equipo organizador, afirmó que la juventud indígena es la generación que “heredamos tanto la fuerza como las heridas de la Amazonia”. El objetivo del viaje es demostrar que los jóvenes no solo están resistiendo, sino también liderando procesos de cambio “con sabiduría ancestral y nuevas formas de comunicación”.

  • El legado del conflicto: Katty Gualinga, una joven kichwa de 25 años que nació en medio de la lucha de su pueblo Sarayaku contra una petrolera en Ecuador, es uno de los rostros de la flotilla. Su misión es clara: “Vamos a llegar a ese espacio donde se toman las decisiones para que se entienda que los pueblos indígenas tenemos que estar en la construcción de la agenda”.

  • El ejemplo de Yasuní: Wia Cahuiya, de la nacionalidad Waorani, lleva consigo la experiencia de su comunidad en el Parque Nacional Yasuní (Ecuador), donde un plebiscito popular votó por detener la extracción de petróleo. El activista abogará por la importancia de una transición energética justa y la protección de las “zonas intangibles y libres de explotación”.

La principal demanda: Financiamiento y el fin de los combustibles fósiles

La flotilla se está capacitando en el funcionamiento de la COP y las negociaciones relevantes, pero la principal demanda que llevan a Belém es el financiamiento directo. El informe de la ONU sobre el Estado de los Pueblos Indígenas del Mundo es contundente: menos del 1% de la financiación internacional para el clima llega de forma directa a las comunidades indígenas, a pesar de que sus territorios protegen el 80% de la biodiversidad del planeta.

El mensaje es un llamado urgente al cese de los combustibles fósiles y del extractivismo, que, como afirma Katty Gualinga, es una lucha “común frente a las empresas extractivas y la minería en todos los países”.

La narrativa como arma de defensa

Los jóvenes indígenas han encontrado en la comunicación una aliada. A bordo de la flotilla, es habitual verlos grabando videos y difundiendo su experiencia en las redes sociales. Mitzy Violeta Cortés, de la comunidad Ñuu Savi en Oaxaca, México, afirmó que “en la lucha contra la crisis climática deben estar las historias, las voces y los sentidos de las comunidades indígenas. A través de nuestras narrativas también estamos resistiendo”.

Cortés, que trabaja con la iniciativa Hackeo Cultural, destacó que las comunidades no van a pedir que se las “incluyan” en la transición, sino a demostrar que sus “capacidades de consenso colectivo y nuestras tecnologías ancestrales son las que el mundo necesita aprender”. El País recoge la importancia de estas nuevas narrativas en la lucha contra la crisis climática. El CAF celebra el creciente liderazgo de la juventud indígena, ya que “invertir en la infancia y la juventud no es solamente una obligación moral, sino también la inversión más rentable que podemos hacer para el desarrollo sostenible de nuestra región”.

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