Paternidad trans: experiencias y desafíos de Ian, un hombre gestante

Ian comparte su experiencia de un embarazo múltiple y la paternidad trans en un país que a menudo juzga y excluye. Con amor, conciencia y orgullo, desafía los prejuicios sociales y reivindica distintas formas de hacer familia, junto a la Red de Paternidades Trans Argentina y una rifa solidaria para llegar a un congreso internacional.

Ian Alejandro Rubey, docente y activista trans
Ian Alejandro Rubey, docente y activista trans

Un hombre. Un hombre con deseo de ser padre. Un hombre gestante. ¿Cómo es ser padre trans en Argentina? Ian construye su vida y su paternidad desde la autenticidad, desoyendo el escrutinio social. No busca comprensión obligatoria, sino visibilizar la riqueza y complejidad de la paternidad trans, mostrando que es posible ejercerla con amor, deseo, conciencia y orgullo. Mucho orgullo.

Ian tuvo un embarazo múltiple de mellizos. En sus palabras, comparte la experiencia de haber estado embarazado como un proceso que cuenta con ternura y desafío. Un embarazo deseado, con las transformaciones físicas que esto conlleva: “Obviamente que es extraño de pronto ya no ser un individuo, sino que estar siendo una persona que gesta, que ya está siendo parte de la vida y de la construcción de dos seres.”

“Si nos enfocamos en lo biológico, experimenté muchas transformaciones internas debido a cambios hormonales, más allá de la experiencia previa con testosterona. Creo que es fundamental estar consciente de estos procesos, ya que el cuerpo y la mente deben estar preparados para ellos. Por suerte, siempre conté con el acompañamiento de mi psicóloga, Luciana, quien me brindó un espacio para repensarme y descubrir los cambios internos, incluyendo mis deseos. Fue un proceso desafiante que requirió mucha entrega personal”, aclaró Ian.

Les hijes de Ian

Sin embargo, el verdadero reto fue social: soportar la violencia y el juicio de quienes no comprenden ni aceptan otra forma de ser y de hacer familia. Ian denuncia con firmeza cómo la sociedad utiliza a las personas trans como chivos expiatorios de su intolerancia. Explica que la violencia no solo se dirige a él como individuo sino que implica a sus hijos, en un escenario donde hasta quienes se dicen provida le cargan —no sin cierta hipocresía— esa agresión. Él elige no alimentar ese odio.

Ya es de larga data que las maternidades y las paternidades siempre pueden ser tópico de opinión en cualquier sobremesa. De qué forma se cría, se gesta, se construye familia; no han faltado nunca los opinólogos seriales y expertos en casi todas las verdades de la vida, para brindar su mirada sesgada sobre determinado asunto. Imagínense en pleno desarrollo de las paternidades trans.

“Me parece que la sociedad en general debería mirar menos hacia afuera y tranquilizarse un poco, fijándose más en su propia vida. Entiendo que hoy en día vivimos en un juego donde todo está expuesto y todos son opinólogos de las vidas y experiencias ajenas, muchas veces sin tener más que una opinión sin contenido ni formación. Eso habla mucho de la sociedad misma. En mi caso, la paternidad fue elegida, presente y consciente; ha sido y sigue siendo un desafío construir y seguir construyendo una paternidad a mi altura y a la de mis hijes, y eso ya es mucho.”

Su aprendizaje principal, dice, fue darle menos importancia a la opinión social:

“Si volviera a empezar, haría todo igual, pero con mayor tranquilidad, sin tomarme muy en serio lo que opinen los demás.” Para Ian, la clave está en centrarse en el amor, en el vínculo verdadero con sus hijes, en hallar y elegir un modo de vivir conectado consigo mismo, sin perpetuar el odio que tanto se vierte hacia su comunidad.

“Hoy valoro esta vida que sigo construyendo día a día, el amor que hay, la presencia y, sobre todo, el tiempo que decido compartir y entregarme a esta hermosa etapa de la crianza, disfrutando cada momento en familia. Me parece indispensable poder estar y vivir día a día todo el proceso, estar pendiente de todo lo que sucede y de lo que necesitan, que sepan que su papá está, que los ama y que siempre serán conscientes de que fue su papá quien los gestó y que hace todo para que vivan en un mundo un poco mejor a medida que crecen.”

Maternar y paternar no es fácil desde ningún lugar desde el que se elija ejercerlo. Criar puede que sea uno de los grandes desafíos de quienes deseen hacerlo y en el caso de Ian no es diferente, pero sí un gran ejemplo de que —si bien es difícil— sacarse de encima el peso de la mirada ajena puede alivianar un camino tan difícil como emocionante y superador.

“Cada persona pueda encontrar su propia manera de hacer familia, eso es lo más hermoso y desafiante. Que cada quien pueda decidir si quiere paternar y cómo. Hay muchísimas formas de paternar siendo trans, y está buenísimo que se conozcan todas. Gestar es una, pero no la única, y es fundamental que tengamos cada vez mayor acceso a esa información y sepamos que podemos vivir y elegir mucho más de lo que a veces pensamos.”

Ian explica que busca desdibujar los límites que la sociedad le impone a la comunidad trans sobre lo que puede y lo que no puede hacer con su vida. “Si no hubiese tenido la posibilidad de ver a otros padres trans y charlar con ellos, ni se me hubiese ocurrido que era posible. Me hubiese conformado con lo que me decía la sociedad”, concluyó.

Max e Ian dos Padres Trans y activistas por los derechos reproductivos y filiatorios desde 2018. Cofundadores de la Red de Paternidades Trans Argentina.
Max e Ian dos Padres Trans y activistas por los derechos reproductivos y filiatorios desde 2018. Cofundadores de la Red de Paternidades Trans Argentina.

Max e Ian son dos padres trans y activistas por los derechos reproductivos y filiatorios desde 2018, además de cofundadores de la Red de Paternidades Trans Argentina. El próximo 20 de noviembre buscan participar con sus ponencias en el Congreso Latinoamericano de Estudios Feministas del Sur, que se realizará en la Facultad de Ciencias Sociales en Montevideo, Uruguay.

Este sueño colectivo requiere del apoyo solidario para poder hacer realidad su viaje, dada la distancia que los separa dentro de Argentina, lo que dificulta aún más su llegada. Para ello, lanzaron una rifa solidaria con un valor de $2.000 por número, que les da un impulso fundamental para dar este gran paso y competir por un premio de $50.000. 

Invitan a acompañarlos y a compartir la iniciativa, ya que cada gesto de apoyo es un aporte que fortalece la red que están construyendo, llena de nuevas identidades, deseos y formas diversas de paternar, convirtiéndose en un símbolo de amor, lucha y esperanza para toda la comunidad trans.  Su lucha y activismo no solo visibilizan las paternidades trans, sino que inspiran a que cada persona pueda vivir su verdad con amor y dignidad. 

Nota escrita por:
Te recomendamos...