La inflación en Argentina vuelve a mostrar signos de aceleración, con proyecciones privadas que sitúan el aumento de precios de octubre cerca del 2,4%. Este comportamiento representa una suba intermensual de 0,2 puntos porcentuales respecto de septiembre, cuando el índice había registrado un incremento del 2,1%. La publicación oficial del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) se espera para este miércoles.
La tendencia alcista se atribuye principalmente al fuerte aumento registrado en los rubros de alcohol y tabaco, así como a un avance significativo en vivienda, según el economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, Iván Cachanosky. Este dinamismo en los precios de octubre genera preocupación, ya que parecían controlados tras meses de moderación.
Las proyecciones más conservadoras, como las de la consultora C&T, sitúan la inflación en el Gran Buenos Aires en torno al 2%, lo cual marcaría una ligera desaceleración, pero insuficiente para retornar a niveles previos al salto inflacionario de julio y agosto, que osciló en 1,9%.
El incremento del dólar mayorista, con picos cercanos a $1.492 durante el mes, influyó en la dinámica de precios, aunque se ha registrado una baja posterior tras intervenciones del Tesoro y el resultado electoral favorable al Gobierno, que también autorizaron ajustes en tarifas de luz y gas del 3,8% promedio.
En cuanto a las expectativas, el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central estima que la inflación de octubre rondará el 2,2%, con una leve aceleración frente al mes anterior. Sin embargo, se anticipa que recién en 2026 se producirá una desaceleración gradual que podría llevar los índices a cerca del 1,6% mensual hacia abril.
Estos datos reflejan un escenario complejo para la conducción económica, que deberá enfrentar no solo la presión inflacionaria, sino también la incertidumbre cambiaria y la necesidad de mantener el equilibrio fiscal para reducir la emisión monetaria, factores claves para contener la suba de precios.
El resultado electoral reciente brindó aire político al actual régimen de bandas cambiarias, aunque la posibilidad de modificaciones en el ritmo de ajuste del tipo de cambio sigue siendo objeto de rumores y desmentidos oficiales, generando un clima de expectativa entre inversores y consumidores.
Con estas señales, la inflación continúa siendo uno de los principales desafíos para la economía argentina, con un horizonte en el que consolidar la estabilidad requerirá medidas cuidadosas y sostenidas, así como un seguimiento riguroso de la evolución de los precios y el mercado cambiario.