Nuevo aumento de la carne

El precio de la carne se recalienta por la escasez de hacienda y la fuerte demanda. Analistas proyectan un aumento del 15% al 20% hacia fin de año. La suba se debe a la presión exportadora y la escasez estructural de hacienda.

Foto NA

El precio de la carne vacuna ha vuelto a escalar en Argentina, con aumentos minoristas de entre 8% y 12% en las últimas dos semanas y con alzas que superan el 15% en algunos cortes populares. Esta escalada se debe a una “tormenta perfecta” en el mercado: escasez estructural de hacienda combinada con una demanda sostenida interna e internacional, un fenómeno que los especialistas anticipan que continuará hasta el fin de año.

La puja por el ganado y la escasez estructural

El Mercado Agroganadero de Cañuelas es el termómetro de esta presión. Los precios del ganado en pie registran una firmeza inusual, con los novillos pesados cotizando hasta $4.200 el kilo vivo.

Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes (CAMyA), explicó que el mercado está tensionado por la doble presión de la demanda: “Esto es oferta y demanda, pero realmente la demanda está siendo importante, sobre todo a nivel internacional. Los exportadores quieren seguir colocando el mayor volumen posible”, lo que intensifica la competencia por el ganado.

La escasez de stock es un problema estructural que se remonta a tres campañas adversas. Miguel Schiaritti, titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), recordó que la sequía de 2023 provocó la pérdida del 3% de los ganaderos y unos 200.000 terneros. Las inundaciones de 2024 y 2025 agravaron la situación, comprometiendo la parición y reduciendo la oferta. Schiaritti concluyó que el factor estacional, sumado a la escasez interna, crea “el combo perfecto para que la carne aumente” en el último bimestre.

Demanda firme y el incentivo del feedlot

El alza de precios es convalidada por el consumidor. Schiaritti destacó que, pese a los aumentos, “las ventas no cayeron. La gente sigue comprando”. Este comportamiento del consumidor, que absorbe los incrementos, le da soporte al nuevo nivel de precios.

El analista Víctor Tonelli sostuvo que el aumento se debe al “faltante real de oferta” y que el incremento del ganado en pie ya acumula entre 12% y 13% en apenas dos semanas. Tonelli señaló que la reciente baja de tasas de interés permitió reactivar el crédito productivo, lo que favorece la retención de animales y el negocio de los feedlots. Con un novillo entre $4.000 y $4.200 el kilo vivo, “la ecuación cierra” para los engordadores.

Los operadores proyectan que el traslado al mostrador podría ubicarse en un rango de entre 15% y 20% hacia fin de año. En contraste, la industria frigorífica opera con márgenes ajustados y enfrenta demoras en los pagos, mientras los exportadores lidian con costos logísticos elevados.

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