La investigación del femicidio comenzó cuando el padre del acusado halló a los cuatro hijos de la pareja solos en la vivienda. Preocupado, trasladó a los niños a la casa de la abuela materna, en el conurbano bonaerense.
Al regresar al domicilio del supuesto agresor, notó que el taller de chapa y pintura estaba cerrado. Con una amoladora abrió la puerta y encontró el cuerpo sin vida de la mujer en el interior.
La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 51 ordenó las medidas de urgencia y la investigación quedó a cargo de la policía porteña. El análisis de cámaras de seguridad y el rastreo del teléfono celular permitieron reconstruir el recorrido del sospechoso tras el crimen.
Detectives de la División Homicidios identificaron al acusado en Esteban Echeverría, donde fue interceptado cuando intentaba escapar en el vehículo familiar. La persecución policial culminó con su detención en menos de un día desde ocurrido el femicidio.
Las fuentes oficiales indicaron que el acusado y la víctima mantenían “una relación de conflicto de vieja data”, contexto que se encuentra en el centro de la investigación. El hombre permanece detenido a disposición de la Justicia, imputado por el homicidio de su ex pareja.
Este caso conmociona a la comunidad de Nueva Pompeya y añade una nueva estadística a los femicidios registrados este año en Argentina. La omisión de respuestas definitivas en los hechos y la precisión en la información buscan invitar a la reflexión sobre la problemática de violencia de género en el país.