No obstante, al descontar el efecto inflacionario, el gasto primario presentó una reducción real del 1,3% con relación a octubre de 2024.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) señala que, en términos reales, los ingresos tributarios disminuyeron 5,3% interanual, mientras que los ingresos no tributarios crecieron 33%.
El gasto en intereses subió un 4,3% en términos reales, lo que redujo el superávit fiscal financiero a $517.000 millones respecto a octubre de 2024.
El ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció la proximidad para alcanzar la meta anual del 1,6% del PIB acordada con el FMI, aunque llamó a la cautela ante los mayores gastos de final de año, entre ellos los aguinaldos, que históricamente generan tensiones fiscales.
El Gobierno autorizó además un aumento del 9,7% en la tarifa del transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), una medida para ayudar a reducir los subsidios económicos.
Desde la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, calificó diciembre como “el mes complicado” por estos pagos extras y la eliminación parcial de retenciones agrícolas, que impactaron en los ingresos fiscales.
En tanto, Lucio Garay Méndez, economista de Eco Go, señaló que la reacción favorable del mercado ante los resultados electorales podría mejorar los ingresos fiscales en los próximos meses, aunque advirtió sobre el panorama laboral complejo que dificultará mayores ajustes de gasto.
Con esta consolidación fiscal, Argentina muestra signos positivos, pero mantiene desafíos estructurales para sostener el equilibrio ante presiones económicas y sociales durante lo que resta del año.