Además de los daños materiales, el incendio dejó a más de 20 personas heridas, incluidos casos de intoxicación por inhalación de humo y politraumatismos. Las autoridades sanitarias confirmaron que, afortunadamente, no hay víctimas mortales, pero el impacto en la salud pública y el ambiente preocupa por la liberación de partículas tóxicas producto de la quema de cauchos y otras sustancias químicas.
Roberto Weiss, presidente de la Unión Industrial de Ezeiza, calificó el siniestro como “dantesco” y comentó que las pérdidas económicas son millonarias, afectando a múltiples empresas del polígono, entre ellas Logischem e Iron Mountain, así como a industrias dedicadas a la fabricación de neumáticos, agroquímicos y productos plásticos.
El director de Defensa Civil bonaerense señaló que no se produjo una nube tóxica de alcance poblacional, aunque advirtió sobre posibles riesgos por exposición prolongada a partículas residuales, lo que motivó recomendaciones de cuidados en zonas aledañas.
Este episodio reaviva la preocupación sobre las condiciones y protocolos de seguridad en parques industriales dedicados a la manipulación y almacenamiento de materiales peligrosos, poniendo en foco la necesidad de fortalecer mecanismos de prevención y respuesta ante emergencias químicas.
La investigación continuará aportando detalles sobre el origen y las responsabilidades, mientras el impacto se calcula en términos económicos, laborales y medioambientales, con más de mil trabajadores afectados entre detenciones temporales y pérdidas de fuentes de empleo.