Contexto del intento de disolución constitucional
Pedro Castillo Terrones anunció la disolución temporal del Congreso, la intervención del Poder Judicial y un gobierno de excepción mediante decretos de urgencia. Las Fuerzas Armadas rechazaron las disposiciones y el Congreso destituyó al entonces mandatario por rebelión.
Castillo huyó en un vehículo particular, pero la Policía Nacional lo detuvo en flagrancia cerca de su domicilio en Breña, Lima. Desde diciembre de 2022 cumple prisión preventiva en el penal de Barbadillo, destinado a exjefes de Estado.
La Fiscalía solicitó inicialmente 34 años por rebelión, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública. El tribunal aplicó agravante por el cargo presidencial, pese a la ausencia de antecedentes penales.
Desarrollo del juicio y fallo final
El proceso duró ocho meses con audiencias públicas. La Sala absolvió a Castillo de abuso de autoridad y perturbación pública, al no configurarse rebelión consumada por falta de ejecución efectiva.
Betssy Chávez Chlimper, ex presidenta del Consejo de Ministros, y Roberto Huerta, ex jefe de Gabinete Presidencial, recibieron la misma pena por conspiración. Aníbal Torres Vásquez, ex ministro de Justicia, resultó absuelto en parte de los cargos. Los ex jefes policiales Manuel Lozada y Justo Venero salieron inocentes. La defensa alegó presiones políticas y falta de armas o actos concretos para consumar el plan.
La decisión de la Sala no acogió la solicitud inicial de la Fiscalía, que había pedido 34 años de prisión para Castillo por los delitos de Rebelión, Abuso de Autoridad y Grave Perturbación de la Tranquilidad Pública. La clave de la sentencia radica en la calificación legal del hecho.