Economistas como Leo Anzalone indican que, según las expectativas del mercado, el tipo de cambio oficial se mantendría relativamente estable hacia fin de año, sin anticipar una devaluación brusca. Esta previsión se sostiene en la estacionalidad propia del último mes, cuando disminuye la demanda de dólares para atesoramiento y aumenta la liquidez en pesos.
Sin embargo, algunos analistas, como Gastón Lentini, advierten precaución ante señales de creciente brecha cambiaria, cercana al 3%. Lentini explicó que, aunque la demanda de pesos es alta en esta época, la actividad económica todavía no muestra signos claros de reactivación, y la incertidumbre sobre las reformas pendientes genera demanda sostenida de divisas.
Un aspecto crítico es la acumulación de reservas del Banco Central, señalada por Anzalone como un punto débil para la estabilidad cambiaria. Si el BCRA consigue mantener flujos estables y no se registran shocks externos ni cambios abruptos en el esquema cambiario, diciembre podría transcurrir con un dólar ordenado. De lo contrario, se anticipan ajustes hacia fin de mes o inicios de 2026, cuando termina el efecto estacional y la dolarización vuelve a cobrar fuerza.
El comportamiento típico de los dólares financieros también responde a esta dinámica. Durante la primera quincena, suelen registrarse bajas o estabilidad en el MEP y contado con liquidación, beneficiados por mayor liquidez en pesos. No obstante, el cierre de balances y la recomposición de carteras podrían generar repuntes técnicos en la segunda mitad del mes.
En este escenario, especialistas recomiendan evitar decisiones apresuradas y enfocarse en la evolución de la brecha cambiaria como indicador clave de expectativas. La demanda de dólares para cobertura se intensifica generalmente a partir de mediados de enero, cuando la economía vuelve a enfrentar presiones típicas.
En síntesis, diciembre de 2025 podría ser un mes de relativa calma cambiaria, impulsada por factores estacionales y la demanda de pesos, aunque con riesgos de volatilidad hacia fin de año. La sustentabilidad de esta estabilidad dependerá de la política monetaria, la confianza en la hoja de ruta fiscal y la capacidad del Banco Central para acumular reservas.