La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisó su expectativa de crecimiento para la economía argentina en 2026, reduciéndola de 4,3% a 3%. Aunque para 2025 mantiene un pronóstico alentador con una expansión del 4,2%, el organismo advierte sobre desafíos importantes relacionados con la inflación elevada, la volatilidad cambiaria y la continuidad de las reformas estructurales.
Según el informe “Perspectivas Económicas”, la economía argentina mostrará un crecimiento moderado en 2026, con una recuperación más sostenida prevista para 2027, que alcanzaría un 3,9%. Este impulso se apoyará en la inversión privada y las exportaciones, en un contexto de mayor apertura regulatoria y dinamismo sectorial, especialmente en energía y minería.
No obstante, la OCDE resalta la reciente desaceleración económica, reflejada en una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 0,1% en el segundo trimestre de 2025, motivada por una baja en la demanda interna. La confianza del consumidor sigue baja y las ventas minoristas se mantienen a la baja desde abril, aunque el mercado laboral muestra resistencia y los salarios reales continúan recuperándose a un ritmo más lento.
La inflación, que se ubicó en un 31,8% interanual en septiembre, fue revisada al alza para los próximos años, proyectándose en un 41,7% para 2025, 17,6% en 2026 y 10% para 2027. Esta situación pone presión sobre el tipo de cambio, situación que fue abordada mediante intervenciones cambiarias y una desaceleración en la acumulación de reservas, aunque el reciente acuerdo swap por 20.000 millones de dólares con Estados Unidos se espera que fortalezca las reservas del Banco Central.
El informe pone énfasis en la necesidad de mantener una política monetaria estricta para asegurar un avance sostenido en la reducción de la inflación. Además, destaca mejoras en las cuentas fiscales gracias a la contención del gasto público y un aumento en la recaudación impositiva impulsada por la recuperación económica, con expectativas de superávits que perduren entre 2025 y 2027. Sin embargo, advierte sobre posibles riesgos relacionados con nuevas reformas tributarias y la suspensión temporal de impuestos a las exportaciones agrícolas.
En este sentido, la OCDE subraya la urgencia de implementar una reforma tributaria integral que simplifique el sistema impositivo, elimine impuestos distorsivos y amplíe las bases de recaudación para mejorar la posición fiscal de manera sostenible y promover el crecimiento económico.
Si bien reconoce avances en la reducción de burocracia y en la disminución de barreras para el ingreso de nuevas empresas, el organismo señala que todavía existen oportunidades para aumentar la productividad, particularmente en los sectores de servicios y en la reducción de cargas administrativas.
Otra recomendación relevante es la creación de una Autoridad de Competencia independiente y bien financiada para fortalecer la competencia y mejorar el funcionamiento del mercado.
Finalmente, la OCDE enfatiza la importancia de expandir la formación técnica y profesional en coordinación con el sector privado, con el fin de alinear las habilidades laborales a las demandas de una economía más diversificada y dinámica, lo que contribuirá a afianzar la recuperación y el desarrollo a mediano plazo.