Ruanda y el Congo firmaron acuerdo de paz

Los presidentes Paul Kagame, de Ruanda, y Félix Tshisekedi, de la República Democrática del Congo, firmaron un acuerdo de paz este jueves en Washington junto al presidente Donald Trump. El pacto busca frenar el conflicto en el este congoleño y abrir acceso a minerales críticos, aunque persisten combates en el terreno.

El acuerdo de paz estuvo intrínsecamente ligado a un Marco de Integración Económica Regional. Foto: CasaBlanca.

Firma de un Acuerdo con Sabor a Incertidumbre

Los presidentes de Ruanda, Paul Kagame, y de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, firmaron este jueves un acuerdo bilateral en Washington. El pacto, promovido por la administración del presidente estadounidense Donald Trump, buscó poner fin a la violencia en la región oriental del Congo, asolada por décadas de conflicto.

A pesar de la ceremonia de alto perfil celebrada en el Instituto de la Paz, la realidad sobre el terreno presentaba un fuerte contraste: los combates entre grupos armados aliados a ambos bandos continuaban en el este de la RDC.

El presidente Trump presumió ante los periodistas que el acuerdo se convertiría en un “gran milagro” y lo incluyó entre las ocho guerras que su administración había finalizado desde que regresó al cargo en enero.

Un Intercambio de Desmantelamiento y Retirada

El texto central del pacto, conocido como los “Acuerdos de Washington para la Paz y la Prosperidad“, establece compromisos mutuos claves. Ruanda debe retirar sus tropas del territorio oriental congoleño y finalizar el apoyo a la milicia rebelde M23. A cambio, el gobierno de Kinshasa deberá desmantelar las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR).

La milicia FDLR fue fundada en el año 2000 por la etnia hutu, incluyendo a veteranos vinculados al genocidio de 1994, y es considerada por Kigali una amenaza existencial.

Paralelamente, el M23, un poderoso grupo rebelde que según la ONU cuenta con respaldo ruandés, ha logrado avances inéditos en meses recientes, capturando las ciudades de Goma y Bukavu, lo que agravó una crisis humanitaria con millones de desplazados.

El tono de los líderes africanos reflejó la cautela frente a los hechos. El presidente Kagame expresó que existirían “altibajos en el camino por delante”, mientras que Tshisekedi calificó la firma como el “comienzo de un nuevo camino, un camino exigente”.

Estos comentarios se alinearon con el hecho de que el ejército congoleño y los rebeldes del M23 se acusaron mutuamente de violar los acuerdos de alto el fuego vigentes.

La Búsqueda de Minerales Críticos y el Dominio Chino

El acuerdo de paz estuvo intrínsecamente ligado a un Marco de Integración Económica Regional. Este marco facilitará la participación de Estados Unidos en la exploración minera del Congo, un país con vastas reservas de minerales vitales para las tecnologías modernas.

El presidente Trump fue explícito al respecto, señalando que el acuerdo allanaría el camino para que Estados Unidos accediera a los minerales críticos, añadiendo: “Vamos a sacar algunos de los minerales raros. Y todos vamos a ganar mucho dinero“. La RDC posee más del 70% del cobalto del mundo, además de significativas reservas de cobre, tántalo y litio.

El interés estadounidense radica en su preocupación por el dominio global de China, que representa casi el 70% de la minería de tierras raras y controla aproximadamente el 90% de su procesamiento. El pacto de Washington representa la última acción de Estados Unidos para asegurar su cadena de suministro de materias primas estratégicas en su propio territorio y a escala global.

La Sociedad Civil Cuestiona la Legitimidad

El acuerdo no fue recibido con unanimidad de apoyo en el Congo. Más de 60 movimientos populares y partidos de la oposición, como la coalición Lamuka del excandidato presidencial Martin Fayulu, manifestaron su rechazo. Estos grupos firmaron un llamamiento a un diálogo nacional inclusivo, argumentando que una paz sostenible no puede ser impuesta únicamente por un acuerdo externo.

Líderes civiles indicaron que la dificultad del ejército congoleño para contener los avances del M23, sumada a la falta de resultados concretos en el terreno por las mediaciones internacionales, prueba que la solución debe encontrarse en un proceso político interno. La firma, por tanto, ocurre en medio de una profunda división sobre la estrategia para lograr la pacificación del este congoleño.

Los “Acuerdos de Washington para la Paz y la Prosperidad” buscan cerrar una confrontación de décadas, ofreciendo a cambio acceso a recursos esenciales para la industria occidental. No obstante, mientras la diplomacia se concreta con acuerdos económicos y llamados a la paz, la violencia persiste, alimentada por los mismos grupos armados que el pacto aspira a eliminar.

Nota escrita por:
Te recomendamos...
La Pampa reclamó a Nación el traspaso de viviendas Procrear y otras obras

El ministro Alfredo Intronati se reunió con funcionarios nacionales para destrabar proyectos estratégicos. La Provincia propuso asumir la terminación de los desarrollos habitacionales paralizados en Santa Rosa, Toay y Pico, y pidió definiciones urgentes sobre el Acueducto y el mantenimiento vial.