Cuáles son los beneficios emocionales de la convivencia con gatos

Desde la liberación de neurotransmisores hasta la estructuración de rutinas, por qué la interacción con estos animales es clave en tiempos de ansiedad.

Cada gato tiene necesidades distintas según su edad, nivel de actividad, estado de esterilización y salud general. Foto: Purina.

En un contexto global marcado por el estrés, la aceleración y, a menudo, el aislamiento social, los gatos han dejado de ser vistos simplemente como mascotas independientes para consolidarse como pilares del bienestar emocional.

Un nuevo informe de Almatrends pone el foco en la ciencia detrás del ronroneo: convivir con un felino ofrece beneficios psicológicos y físicos tangibles, respaldados por instituciones de prestigio internacional.

Según el reporte, la interacción con estos animales actúa como un mecanismo de estabilización emocional.

La American Psychological Association destaca que las mascotas ayudan a sus dueños a mantener el equilibrio durante crisis de estrés, mientras que investigaciones publicadas en el Journal of Veterinary Behavior confirman una reacción química concreta: acariciar o interactuar con un gato incrementa la liberación de serotonina y dopamina, los neurotransmisores responsables de la sensación de placer y calma.

Rutina y aceptación incondicional

Más allá de la química cerebral, los gatos aportan estructura. La Escuela de Medicina de Harvard señala que la responsabilidad de cuidar a una mascota obliga a mantener un horario regular, un factor esencial para la salud mental en personas que atraviesan depresión o ansiedad.

A esto se suma el factor de la “aceptación incondicional”. Un estudio de la Universidad de St. Andrews encontró que esta interacción mejora significativamente la autoestima.

Al no juzgar, los gatos ofrecen un espacio seguro para quienes encuentran desafiantes las interacciones humanas, facilitando una comunicación no verbal que reduce la presión social, según apunta el Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU.

El fenómeno social

La tenencia de gatos va en aumento. La American Pet Products Association (APPA) reporta que el 45.3% de los hogares en Estados Unidos ya tiene al menos un gato. Sin embargo, el fenómeno trasciende la tenencia física: las redes sociales han amplificado este bienestar.

El consumo de contenido de gatos en plataformas digitales genera un sentido de comunidad y alegría compartida, funcionando como una “micro-terapia” digital.

Investigadores de la Universidad de California en Davis concluyen que los gatos tienen la capacidad de leer y responder al estado emocional de sus dueños, brindando consuelo activo. En definitiva, los datos sugieren que el gato moderno es mucho más que un habitante de la casa: es un agente activo de salud pública y estabilidad emocional.

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