El coronel ingeniero retirado Marcelo Adrián Ozán, subsecretario de Ciberdefensa, presentó su renuncia el pasado 1 de diciembre, apenas 19 días después de asumir plenamente sus funciones. Su dimisión, aceptada por el ministro Luis Petri, se produce en un contexto de serias denuncias por irregularidades y un presunto bloqueo al avance del alineamiento estratégico con Estados Unidos en materia de seguridad digital.
La Subsecretaría, que ejerce el control funcional del Comando Conjunto de Ciberdefensa (CCCD) —brazo operativo del Sistema de Defensa—, está bajo la lupa de la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) a raíz de dos graves acusaciones:
1. Venta Cuestionada de Terrenos en Puerto Madero
Una de las denuncias ante la PIA (código KLGZ-246) apunta a presuntas omisiones y vicios en el proceso de venta del predio que albergaba al CCCD, ubicado en la codiciada zona de Puerto Madero. El terreno se subastó por u$s34 millones al fideicomiso Madero 6, en el marco de un plan de disposición de bienes estatales. La denuncia señala la omisión de un plan de transición adecuado para mitigar la pérdida de capacidad operativa del CCCD al momento de la enajenación.
2. Licitaciones bajo “Secreto Militar”
La segunda denuncia (código EEVY-5) expone que se habría utilizado la figura del “secreto militar” —un mecanismo que impide la comparación de valores de referencia— para presuntamente direccionar la adjudicación de licitaciones. Estos contratos, que suman u$s21,8 millones, estaban destinados a la adquisición de equipos críticos, obras en el nuevo edificio y la provisión de un simulador de entrenamiento. Tanto el subsecretario Ozán como el comandante del CCCD, general de brigada Luis Guimpel, y el Secretario de Estrategia, Marcelo Rozas Garay, se encuentran bajo investigación.