La comunidad médica argentina se encuentra ante lo que se denomina una nueva era terapéutica en el abordaje de la obesidad y la diabetes tipo 2, con la llegada de la tirzepatida. Esta molécula inyectable, desarrollada por el gigante farmacéutico Eli Lilly y aprobada por la ANMAT, representa un avance sin precedentes gracias a su mecanismo de acción dual. Este enfoque inédito ataca las dos enfermedades crónicas más prevalentes de la actualidad —la obesidad, considerada una epidemia global, y la diabetes— con una eficacia clínica que se asemeja a las soluciones quirúrgicas.
La obesidad, calificada por la OMS como un “tsunami” que afecta a más de mil millones de personas, y la diabetes tipo 2, que incide en el 12,7% de los adultos argentinos, imponen una carga social y económica enorme. El valor de la tirzepatida radica precisamente en su capacidad de mitigar el riesgo de múltiples comorbilidades asociadas a estas patologías, como la insuficiencia cardíaca, el hígado graso y la apnea del sueño, al atacar la raíz metabólica del problema. Su irrupción, respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se postula como un “nuevo capítulo” en la lucha contra esta crisis de salud pública, que amenaza con hipotecar el futuro de la sociedad si no se controla.
La gran innovación científica de la tirzepatida reside en su acción combinada sobre dos receptores hormonales conocidos como incretinas: GIP y GLP-1. Mientras que la mayoría de los inyectables ya disponibles (como la semaglutida) actúan solo sobre el GLP-1 para aumentar la saciedad y regular la insulina, la tirzepatida potencia este efecto. El GLP-1 incrementa la sensación de plenitud y retarda el vaciamiento gástrico, pero el GIP lo complementa al modular el metabolismo del tejido adiposo, regulando la eficiencia energética. Esta doble llave metabólica logra una reducción de peso sostenida que, según los estudios clínicos SURMOUNT y SURPASS, supera el 25% del peso corporal.
El medicamento se administra por vía subcutánea una vez por semana mediante una lapicera prellenada, en un esquema escalonado que se ajusta a la tolerancia y respuesta de cada paciente. Está indicado para adultos con obesidad o sobrepeso que presenten al menos una condición de salud relacionada, así como para personas con diabetes tipo 2. Es importante destacar que su uso debe ser exclusivamente bajo prescripción médica y como complemento de un plan integral que incluya dieta y ejercicio, tal como lo enfatizan especialistas en Nutrición y Cardiología consultados.
Si bien la llegada de esta nueva clase terapéutica es celebrada por el ámbito científico como un privilegio generacional, el acceso al tratamiento plantea un desafío económico. La lapicera con el rellenado para cuatro inyecciones se estima entre 500.000 y 700.000 pesos argentinos. Aunque el laboratorio Adium ofrece un descuento del 30%, el alto costo genera un debate sobre la necesidad de integrar estos fármacos innovadores a la cobertura de salud para garantizar su accesibilidad a una población masivamente afectada.