El presidente Javier Milei regresó al país de manera anticipada desde Oslo, en un cambio abrupto de agenda motivado por la necesidad imperiosa de validar el proyecto de reforma laboral. El aterrizaje se produjo en la mañana de este jueves, y la firma de la iniciativa de modernización de las relaciones laborales se ejecutó casi inmediatamente en un salón de Aeroparque, según confirmó el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, a través de sus redes sociales. El gesto, capturado en una fotografía que circuló rápidamente, subraya la alta prioridad política que el Ejecutivo otorga a la rápida aprobación de este paquete legislativo.
La cancelación de la agenda en Noruega, que incluía encuentros bilaterales con el rey Harald V y otras autoridades locales, se debió en parte al fallido intento de concretar la foto con María Corina Machado, la líder opositora venezolana. Aunque Milei asistió a la ceremonia del Nobel de la Paz, la ausencia de Machado debido a las restricciones del régimen venezolano dejó un vacío en la planificación geopolítica del Ejecutivo. Este imprevisto precipitó el regreso del mandatario, cuyo itinerario se vio finalmente supeditado a la urgencia legislativa que se vive en Buenos Aires.
PUNTOS CLAVE DEL PROYECTO
El proyecto firmado, y que será girado a debate en sesiones extraordinarias antes de fin de año, busca impulsar la flexibilización del mercado de trabajo y una reconfiguración profunda de la Ley de Contrato de Trabajo. Entre sus puntos más sensibles, la iniciativa propone modificaciones en el cálculo de las indemnizaciones, la introducción de la figura del “banco de horas” para una gestión más flexible de la jornada laboral, y cambios en la regulación de las vacaciones y las horas extra. El Gobierno, a través de Adorni, lo enmarcó como la “transformación más grande de la historia argentina en materia laboral”.
El acto de la firma, realizado sin ceremonias ni demoras tras descender del avión, es una clara señal política al Congreso. La Casa Rosada busca asegurar que el proyecto se ponga en discusión de manera inmediata para aprovechar el impulso de las sesiones extraordinarias y presionar a los bloques aliados a dar quórum y aprobar la iniciativa. La necesidad de la firma presidencial era un requisito administrativo ineludible para el ingreso del proyecto al Parlamento.
Ahora, la pelota queda del lado del Congreso, donde la iniciativa de “modernización laboral” enfrentará una fuerte resistencia por parte de la oposición y de la Confederación General del Trabajo (CGT), que ya convocó a un plan de acción contra los cambios. La celeridad de la firma y el regreso del Presidente reflejan la importancia estratégica del proyecto para el modelo económico de Milei, iniciando así un período de intensa confrontación política y legislativa.