Inflación, demanda de dinero y dólar
El ministro ubicó los cambios recientes en un contexto de fuerte incertidumbre política y “colapso” en la demanda de pesos en los meses previos a las elecciones.
Según su interpretación, la dolarización de portafolios que se observó en ese período limitó la capacidad del Banco Central para acumular reservas sin provocar un salto en la cotización del tipo de cambio. Caputo argumentó que salir a comprar dólares en ese escenario podría haber impulsado la divisa a niveles muy superiores.
Con la reducción del riesgo país después de los comicios y el acceso del Tesoro a nuevas fuentes de financiamiento, el titular de Economía consideró que las condiciones cambiaron. De allí que el Gobierno juzga posible ajustar las bandas cambiarias y orientar las compras de divisas hacia la acumulación de reservas.
En este marco, Caputo volvió a afirmar que el programa económico del oficialismo logró estabilizar la situación sin recurrir a medidas como un plan Bonex, un default o restricciones severas a los depósitos, y defendió la solidez del esquema vigente frente a la dolarización de los últimos meses.
Reforma laboral, impuestos y expectativas de crecimiento
En sus declaraciones, el ministro vinculó el nuevo escenario financiero con el paquete de leyes que el Poder Ejecutivo envió al Congreso, en especial el capítulo de reforma laboral. Señaló que la propuesta de modernización de las normas de trabajo busca incentivar la formalización, aumentar la inversión y ampliar la base de contribuyentes. Estimó que las medidas incluidas en esa reforma tienen un costo fiscal en torno al 0,8% del PBI.
Caputo planteó que el objetivo oficial es pasar de un “círculo vicioso”, en el que el déficit fiscal y la suba de impuestos alimentaban la informalidad, a un “círculo virtuoso” en el que un mayor crecimiento económico y más empleo registrado permitan recaudar más sin incrementar la carga tributaria.
A partir de allí, sugirió, habría margen para reducir impuestos al sector privado y mejorar la competitividad. En ese marco, proyectó que la economía argentina podría crecer entre 4% y 8% en 2026 y describió el año próximo como una etapa de reactivación fuerte.
El ministro reconoció, sin embargo, que en el corto plazo el Gobierno aún necesita aumentar los ingresos fiscales para sostener el equilibrio de las cuentas (equilibrio fiscal). Consideró que ese objetivo se logrará mediante la expansión de la actividad y no a través de nuevos impuestos, aunque no ofreció proyecciones detalladas sobre recaudación o empleo.
Cambios en el equipo económico y vínculos regionales
Caputo también se refirió a los movimientos dentro del equipo económico. Confirmó la renuncia de Juan Pazo al frente de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y explicó que el funcionario pasará al sector privado. El Gobierno designó en su lugar a Andrés Vázquez, quien hasta ahora estaba al frente de la Dirección General Impositiva (DGI).
Además, el ministro comentó las versiones sobre una posible participación de su viceministro, José Luis Daza, en el gabinete del presidente electo de Chile, José Antonio Kast. Señaló que la propuesta existiría, aunque indicó que la decisión final pertenece a Daza.
Con el cambio en las bandas cambiarias, la estrategia para el pago de la deuda de enero y la apuesta por la reforma laboral, el Ministerio de Economía busca presentar un panorama de menor riesgo financiero, desinflación gradual y recuperación económica a partir de 2026.