El mercado cambiario eufórico respondió con volatilidad inicial y un fuerte optimismo financiero al anuncio del Banco Central (BCRA) sobre la modificación de su régimen de bandas de flotación. La medida, que busca dotar de mayor previsibilidad al tipo de cambio al atar su evolución a la inflación a partir de enero, generó una suba inmediata en los dólares oficiales, pero una caída drástica en el Riesgo País.
En la apertura de este martes, el dólar oficial minorista en las pizarras del Banco Nación se cotizó en $1480, marcando una suba de $15 respecto al cierre anterior (un aumento del 1%). De manera similar, el dólar mayorista, la cotización de referencia para el comercio exterior, avanzó un 0,78% para ubicarse en $1449,57. Esta reacción alcista inicial se da luego de que el BCRA anunciara que, desde el primer día de enero de 2026, el rango de cotización se ajustará mensualmente al ritmo del último dato de inflación del INDEC.
El efecto más notorio de la noticia, sin embargo, se registró en los activos financieros. Los bonos soberanos en dólares (tanto Bonares como Globales) se tiñeron de verde con subas de hasta 1,42%. Este repunte de la deuda provocó que el Riesgo País (el índice de JP Morgan que mide el sobreprecio de la deuda argentina) cayera a 573 puntos básicos, un retroceso de 50 unidades que lo ubica en su valor más bajo desde enero pasado. La euforia bursátil también se trasladó a la Bolsa porteña, con el índice S&P Merval operando en terreno positivo.
Analistas económicos coinciden en que la medida, más que generar una corrida, brinda mayor previsibilidad a mediano plazo, ya que el mercado de futuros ya descontaba un ajuste similar al que se propuso. Expertos anticipan que, si bien puede haber “algo de ruido” en los próximos días, la cotización debería mantenerse en calma en el corto plazo. Esto se debe a la estacionalidad de diciembre, un mes de alta demanda de pesos, y al esperado ingreso de divisas del sector agropecuario por la cosecha de trigo récord.
La nueva política del BCRA, que también incluye un plan para acumular unos USD 10.000 millones en reservas durante 2026, busca estabilizar el mercado. La entidad se compromete a una compra diaria de divisas equivalente al 5% del volumen operado. Sin embargo, la indexación del tipo de cambio a la inflación implica que la futura estabilidad del dólar dependerá enteramente del éxito del Gobierno en su lucha por reducir drásticamente el Índice de Precios al Consumidor (IPC).