El sueño de la fiesta de egresados se convirtió en una pesadilla de última hora para 35 alumnos de la Escuela de Comercio N.º 19 de Eldorado, en Misiones. El mismo día del evento, los padres de los estudiantes descubrieron que la celebración no estaba pagada, y que el dinero ahorrado durante meses se había esfumado junto con la persona encargada de administrarlo: la madre de una de las egresadas.
La mujer, identificada como Romina E., tenía en su poder cerca de $17.000.000 que las 35 familias habían aportado, con cuotas de aproximadamente $480.000 pesos cada una. La madre de una de las afectadas, Myrian Martínez, relató al medio local Misiones Online que el shock fue mayúsculo al llegar al salón y darse cuenta de que no estaba pago el catering, el DJ, la locución ni el fotógrafo. “Pasamos de un día soñado a algo que rozó el terror”, expresó.
La presunta estafa se gestó en medio de una confianza excesiva de los padres en una sola persona. Mónica, otra madre, admitió que “fuimos demasiado ingenuos y confiamos todo en una sola persona”, y agregó que, si bien solicitaron durante meses comprobantes y contratos, la acusada siempre respondió con evasivas o excusas.
La situación escaló al plano judicial cuando uno de los padres, de profesión abogado, formalizó una denuncia penal por estafa contra Romina E. La principal hipótesis manejada por los investigadores y las familias apunta a que la mujer, luego de una primera versión sobre un presunto robo, habría admitido tener problemas de ludopatía. Esto lleva a la presunción de que la totalidad de los fondos habría sido jugado en el casino. Actualmente, la Policía local la busca intensamente.
A pesar de la dolorosa estafa y la consternación general, los padres afectados demostraron una rápida capacidad de organización. En tiempo récord, y en un acto de solidaridad espontánea, lograron organizar una nueva fiesta. Consiguieron la colaboración de proveedores y la ayuda de la comunidad para que los estudiantes pudieran tener su celebración, un gesto que sirvió para amortiguar el impacto emocional y evitar que los estudiantes sufrieran las consecuencias del conflicto de los adultos. Cabe destacar que, en una decisión de madurez, los compañeros permitieron que la hija de la mujer acusada festejara junto a ellos.