El panorama de la ganadería argentina está experimentando un cambio estratégico impulsado por la evolución de los precios de la hacienda y la necesidad de optimizar la rentabilidad productiva. Un análisis de los técnicos de CREA y Rosgan concluye que la tendencia actual recomienda a los productores llegar con más kilos a la faena, un ajuste productivo largamente esperado por toda la cadena.
La clave de este cambio está en la fuerte valorización de los machos. El novillito 260-300 kilos para invernada se cotiza en niveles muy atractivos, alcanzando los 3,57 USD/kg, mientras que el novillo pesado de exportación se ubica en 3,08 USD/kg. Estos valores en dólares son el principal motor para que los productores decidan alargar el proceso de engorde, con el objetivo de diluir el costo de una recría que se ha vuelto cara por la desfavorable relación de compra-venta.
En línea con estas señales económicas, la última Encuesta SEA CREA confirma que la mayoría de los empresarios pecuarios planea agregar kilos adicionales antes de la venta. Rosgan corrobora esta dinámica, observando una mayor cantidad de novillitos ingresando a los corrales de feedlot y una disminución de aquellos que se dirigen a las plantas de faena. Los animales que ahora ingresan buscan obtener novillos más pesados, ideales para abastecer tanto el canal de exportación como el segmento de restaurantes y catering de mayor calidad.
Este cambio en la estrategia de producción tendrá consecuencias directas en el mercado de consumo. Si la tendencia se consolida, la oferta de novillitos terminados se verá fuertemente reducida durante el fin de año y los meses de verano. Se estima que los novillos pesados producto de este engorde recién estarán disponibles a partir de febrero o marzo del año próximo, dependiendo de los kilos incorporados.
La situación se agrava por los anuncios de cierres temporales de varias plantas de faena durante las últimas dos semanas de diciembre, debido a la cantidad de días no laborales y a la delicada situación de parte de la industria frigorífica. Esta combinación de menor oferta y cierres estacionales genera una restricción que, junto a la mayor demanda local por las Fiestas y el cobro de aguinaldos, presionará al alza los precios de la carne.
La faena de animales ya muestra indicadores de esta nueva retención: la estadística de traslados a plantas de faena de novillitos cayó un 15% interanual en el último mes registrado, mientras que el ingreso de novillitos a corrales de engorde se incrementó significativamente, un 35% más que el año anterior. Si la escasez de oferta se mantiene y la demanda se sostiene, existe un riesgo real de que la carne vacuna no alcance para todos, reflejándose en precios más altos tanto en el mercado interno como global.