El peronismo en el Senado se unificó bajo el nombre de interbloque Popular, liderado por José Mayans. Pese a sumar aliados de Santiago del Estero y el peronismo federal, el espacio registra su mínimo histórico de 28 bancas, condicionando su poder frente al Gobierno.
Con el inicio del calendario de sesiones extraordinarias, la principal fuerza opositora en el Senado ha formalizado su nueva estructura interna. La coalición, que hasta hace poco se identificaba bajo el sello de Unión por la Patria, ha decidido renovar su identidad política bajo la denominación de interbloque Popular. Esta decisión administrativa fue comunicada oficialmente por el dirigente formoseño José Mayans, quien continuará al frente de la conducción de este espacio que agrupa a diversas vertientes del justicialismo y aliados provinciales.
La nueva arquitectura parlamentaria se asienta sobre la convergencia de tres sectores principales. La columna vertebral está compuesta por el bloque Justicialista, el cual surge de la fusión de las antiguas bancadas de Unidad Ciudadana y el Frente Nacional y Popular. A este núcleo central se le suman los representantes de Convicción Federal y los legisladores santiagueños del Frente Cívico, consolidando un esquema de unidad que busca contrarrestar la fragmentación frente a las iniciativas del oficialismo libertario.
A pesar del esfuerzo por mostrar un frente cohesionado, la realidad estadística marca un momento crítico para el movimiento peronista en el Congreso. La fuerza ha sufrido una reducción drástica en su volumen de representación, descendiendo de los treinta y cuatro escaños que poseía hasta principios de diciembre a un total de veintiocho integrantes. Esta cifra representa el punto más bajo de influencia para el justicialismo desde la restauración democrática en 1983, superando incluso la anterior marca histórica negativa registrada en el año 2010.
El sostenimiento de esta unidad requirió negociaciones de alta intensidad que se prolongaron hasta el último minuto previo a la formalización. Especialmente complejos fueron los diálogos con el sector liderado por el ahora senador Gerardo Zamora y con los referentes de Convicción Federal, quienes inicialmente mostraron reticencias a integrarse en una estructura de interbloque única. La decisión final de estos sectores de ceder en sus posturas particulares respondió a la necesidad estratégica de evitar una atomización que hubiera diluido aún más el poder de negociación de la oposición en el Senado.
La medida de fuerza fue convocada para el 18 de diciembre.
“La litigiosidad se disparó porque el Poder Judicial no cumple en forma completa con la ley sancionada en 2017”, dijo Gonzalo Dabini.
Juan Cruz Soria Cangiano, abogado de varias de las madres, expuso que la Justicia no los deja acceder al expediente para saber qué fármaco investigan.
Empresarios arrepentidos denunciaron en la Causa Cuadernos un sistema de extorsión y amenazas para adjudicar obra pública. Relataron pagos forzados en oficinas estatales y coacciones contra sus familias, mientras la fiscalía señaló a la cúpula del gobierno anterior como organizadora.
Patricia Bullrich y Axel Kicillof se enfrentaron por la reforma laboral, cruzando críticas sobre la informalidad y la justicia social. Mientras el oficialismo busca dictaminar este viernes, gobernadores peronistas denuncian que los cambios legales profundizarán el desfinanciamiento de las arcas provinciales.
Morales Solá critica el ascenso de Andrés Vázquez a la ARCA por sus vínculos con el espionaje y sus causas por evasión. Según el autor, su designación carece de “autoridad moral” y coincide con un arriesgado giro cambiario exigido por el FMI.
El oficialismo busca media sanción para el Presupuesto 2026 en Diputados, incluyendo recortes a universidades y al Hospital Garrahan. Para asegurar votos aliados, el Gobierno aceptó saldar la deuda por coparticipación con la Ciudad, cumpliendo con el fallo de la Corte.
El riesgo país cayó a la zona de los 550 puntos básicos tras el anuncio de un plan oficial para fortalecer las reservas del Banco Central. La suba de los bonos en dólares y el superávit de fondos acumulado por el Tesoro permiten proyectar una vuelta al crédito internacional durante el mes de enero.
