SUBROGACIÓN: El Inquebrantable Deseo de ser Padres

Juan y Silvina enfrentan una odisea global para dejar sus muestras genéticas. Luego, la vida los enfrenta nuevamente a una de las pruebas más terribles. ¿Cómo se sigue después de todo? El ejercicio de resiliencia y salir adelante, los empujara cada vez más cerca de su sueño.

Una vez tomada la decisión y avanzada la información brindada por la clínica, Juan y Silvina se embarcan en la primera misión de este proceso: llegar a Ucrania para dejar las muestras genéticas, pero esto no será sencillo pues el destino les tendió otra prueba, viajar en un contexto de pandemia mundial. “Fue todo muy complejo porque había que tener el hisopado y que coincidiera dentro de las 48 horas para poder hacer la conexión. Recuerdo que hicimos la conexión Buenos Aires-París y luego París-Ucrania, ya que en ese momento todavía se podía llegar al Aeropuerto”.

Finalmente, Silvina y Juan lograron llegar a la famosa clínica que comenzaría con este tan anhelado sueño de ser padres. Pasaron 48 horas en cuarentena y luego de otro hisopado fueron trasladados a un departamento que te brinda la institución para que te alojes esos días. “Al otro día fuimos para la clínica, no se imaginan la cantidad de gente que había de todo el mundo: chinos, italianos, de todos lados, pero había tres o cuatro familias argentinas, y nosotros somos muy amigos de dos familias argentinas que, hasta el día de hoy, decimos que son la familia que elegimos. Porque la experiencia de estar viviendo el mismo deseo hizo que seamos familia. Compartir historias de alguna manera te une. Y bueno, hoy los chicos son primos”, comentan entre los dos.

Juan y Sil en viaje a Ucrania por primera vez

EL COMIENZO DE TODO

Una vez que entregaron el material genético, Juan y Silvina se inclinaron a realizar una ovodonación. Esto consiste en un tratamiento de reproducción asistida que para realizar la fecundación in vitro (FIV) utiliza óvulos de una donante anónima. Una vez llegada esta instancia te dan como una especie de catálogo, para que puedas elegir 10 donantes para la ovodonación

“Uno intenta que sea lo más parecido a una. La gente piensa que a veces uno va a buscar hijos rubios de ojos celestes, y en realidad uno lo que quiere es ser padre y madre. A veces los comentarios de la gente son muy agresivos en este punto cuando en realidad uno quiere poder ser madre después de tanta, tanta frustración”.

A partir de ahí, el proceso se da por comenzado. La clínica se dedicará a encontrar a una gestante y también a la ovodonante para este tratamiento. Mientras, a Juan y a Silvina les toca una parte difícil, volver a casa y esperar a tener novedades. “El logo de la clínica es ‘Bebé Seguro’, es decir, lo que la clínica pregona es que vos vas a quedar embarazado sí o sí, con lo cual uno se va con mucha esperanza”.

Sin embargo, a veces la vida con sus vueltas inentendibles y dolorosas te ponen pruebas muy complejas de atravesar. Así fue que de forma totalmente inesperada y con un cuarto de bebe ya armado, Silvina y Juan tuvieron que sortear—nuevamente— una pérdida más. “En el segundo intento de fecundación, la clínica nos notifica de que estábamos embarazados. Ahí, cuando se cumplieron los primeros tres meses, fuimos, compramos el carrito, el huevito para el auto, armamos la habitación, y cuando se iban a cumplir los cinco meses, se pierde nuestro bebé”, cuenta Silvina con la mirada fuerte, de alguien que tiene ya el cuero curtido de tanto aguantar. 

Juan, quien siempre busca palabras y razones, intenta explicarlo: “Hubo una complicación con la gestante, a nivel de salud”, mientras Silvina aclara dos veces más “se pierde, se pierde”, con un gesto que asegura que fue así como pasó, y que a veces es imposible tratar de entender esas cosas de la vida que no tienen explicación. “Hubo un momento bisagra en mí”, se señala Juan, “o sea, uno viene de 10 años de procesos y trayectos, tratamientos de baja y alta complejidad, de yo tener que pincharla a ella para estimularla miles de veces. Ella se tuvo que intervenir quirúrgicamente. Entonces en ese momento, en mí se derrumbó un montón de sueños. Después de todas estas instancias uno piensa ‘no puede estar pasando esto’. Entonces ahí yo me cerré en mí mismo y le pedí a Sil que hiciéramos un parate, avisarle a la clínica que íbamos a esperar, y ver de retomar más adelante en algún otro momento”, cuenta Juan conmovido, develando uno de los momentos más fuertes para él.

“Él estaba roto”, agrega Silvina, “me decía: ‘yo no puedo soportar una pérdida más’ ”. “Ese parate a mí me sirvió para también hacer mi duelo”, concluye Juan mirándola a ella. “Yo soy más racional, mucho más racional. Sí hice mi duelo, pero yo tengo otras herramientas por mi profesión. Por lo pronto, voy más para adelante. Entonces hice mi duelo. De hecho, hicimos la bendición, le pusimos un nombre al bebé, era un bebé varón, y ya está, cerramos ese capítulo. Y yo decidí nunca llamar a la clínica y dije: ‘bueno, esto va a seguir y cuando llegue, llegará’”.

LA MATERIALIZACIÓN DE UN SUEÑO EN MEDIO DE UNA GUERRA

Cuando Juan logra recuperarse y volverse a juntar, caminando una tarde llegado el fin de ese año, le comenta a Silvina que él está decidido a retomar el procedimiento, pero le hace un pedido especial: “Por favor no me cuentes nada hasta que hayan pasado tres meses de embarazo”. “Ella realmente lo respetó y aguantó de una manera increíble, y si bien no era garantía de nada, a mí internamente en mi cabeza me daba un poco más de paz”.

El 4 de enero de 2022, Alina, la coordinadora de la clínica a cargo del caso de Juan y Sil, le envía a ella un mensaje con palabras que lo cambiarían todo: “¡Enhorabuena! Están embarazados”. “Y yo —dice Silvina con una sonrisa entre dientes— ¡no podía decir nada!”, y larga una carcajada. “Yo estaba feliz, se lo conté a todas estas familias que son nuestra familia del corazón y bueno, al tiempito nos fuimos de vacaciones al sur”.

“Imagínense un viaje de 1500 kilómetros al sur sin que pueda decirme nada. Ella realmente se la bancó increíble”, dice Juan mirándola admirado. Para este momento ya estaban cumpliendo los tres meses de embarazo. Sil quería contárselo de una manera especial y romántica: “yo me imaginaba en un kayak en el medio de un lago, mandándole la ecografía. Y cuando estamos ahí me doy cuenta que no teníamos señal, así que doy de baja el plan”, cuenta mientras se ríe. Entre medio de la planificación de este gesto amoroso, las noticias internacionales no tardaron en llegar: Ucrania había entrado en guerra con Rusia. Ese deseo que tanto había costado concretar, ahora se encontraba creciendo en un país con búnkers de guerra en todos los edificios de la capital. 

En medio de una guerra que recién empezaba y que hoy continúa, Silvina tenía que, desde el sur de la Patagonia, comunicarse con Alina para poder recibir noticias de la gestante y saber si se encontraba bien. “En ese momento no te dejaban tener contacto con la gestante, todo era a través de la coordinadora, como para evitar cualquier tipo de conflicto, pero en ese momento se les desborda totalmente la situación”. Hasta que Sil, en medio de San Martín de los Andes, logra finalmente ponerse en contacto, a través de una amiga que estaba en Ucrania, con su gestante que le transmite que está bien y resguardada.

Juan, que la veía nerviosa frente al teléfono como ella no acostumbra, empieza a preguntarle si estaba pasando algo ya que estaba todo el tiempo pendiente del celular, mientras Silvina se preguntaba cómo hacer para decírselo. Finalmente luego de tanta insistencia de sospechar que algo le pasaba, deciden salir a caminar un rato y en medio de una playita mirando al lago Silvina le entrega su celular y le dice “mira” y le muestra la eco de Franchu, quien ya había cumplido tres meses de gestación

“Ahí no paraba de llorar, estaba totalmente conmovido, realmente no para de llorar, yo ya había llorado antes, hace tres meses con mis amigos”, cuenta Sil en una humorada que sonroja un poco a Juan pero que se hace cargo de que realmente esa noticia le cambió para siempre la vida. “Yo estaba desconsolado, no podía parar, era un llanto como de desahogo, donde me doy cuenta que este sueño se estaba comenzando a materializarse”. 



“Subrogación: El inquebrantable deseo de ser padres” es una serie de cuatro episodios, elaborada a partir de la entrevista exclusiva con Juan y Silvina. Este es el tercero ; el cuarto y último se publicará mañana. Te invitamos a acompañar su historia.

EPISODIO 3: A PESAR DE LA PANDEMIA

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