La depredación de la flota china en el Atlántico austral amenaza al calamar y al ecosistema de la región

Un informe de la EJF denuncia la sobrepesca de calamar en el Atlántico sur por buques chinos, lo que amenaza con un colapso ecológico. El estudio también revela graves abusos a los derechos humanos de los tripulantes, y hace un llamado a una regulación internacional.

Foto EJF

Una reciente investigación de la Fundación para la Justicia Ambiental (EJF) ha puesto de manifiesto una grave crisis ambiental y de derechos humanos en el Atlántico sudoccidental. En una zona de alta mar adyacente a la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Argentina, una masiva flota de barcos pesqueros, principalmente de bandera china, está sobreexplotando el calamar argentino (Illex argentinus), una especie vital para el ecosistema marino. El informe, basado en datos satelitales y testimonios de tripulantes, denuncia una actividad pesquera sin control, abusos laborales y prácticas ilegales que podrían provocar un colapso ecológico inminente.

El estudio de la EJF, titulado “Bright Lights, Dim Prospects”, analiza la pesca de calamar en la llamada “Milla 201”, donde cientos de buques interceptan a los calamares en su migración anual. La EJF ha revelado que la actividad pesquera en esta área ha crecido un 65% entre 2019 y 2024, con un aumento del 85% en la actividad de la flota china. La presión pesquera en esta zona, que carece de gobernanza, es cuatro veces mayor que en la ZEE argentina, donde la pesca es regulada por el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP).

Un pilar del ecosistema marino al borde del colapso

El calamar argentino no es solo un recurso comercial, que representa el 12,2% de la captura global. También es un pilar ecológico del ecosistema, ya que ocupa una posición intermedia en la cadena alimentaria, sirviendo de alimento para delfines, focas, ballenas, aves marinas y peces comerciales. La sobreexplotación, combinada con el calentamiento global, podría provocar un colapso poblacional en cuestión de un año, lo que desencadenaría un efecto en cascada que alteraría la vida marina en el ecosistema patagónico.

La crisis ambiental tiene una cara oculta de abusos a los derechos humanos. La investigación de la EJF se basa en 169 entrevistas a tripulantes de buques chinos, taiwaneses y surcoreanos, quienes denunciaron jornadas de trabajo de hasta 20 horas, violencia física, deducciones salariales arbitrarias y amenazas.  Los marineros, en su mayoría indonesios y filipinos, afirmaron que los capitanes “nos golpeaban si no cumplíamos las cuotas” y que algunos de sus compañeros murieron por agotamiento o caídas al mar.

Un llamado a la regulación internacional

La sobrepesca de calamar no es la única práctica ilegal que se denunció en el informe. Más del 40% de los buques chinos y el 20% de los taiwaneses matan intencionalmente focas sudamericanas, una especie protegida por la ley taiwanesa. También se documentó el aleteo de tiburones y el uso de documentación falsa para evadir los controles. Los productos de esta flota, que podrían estar contaminados por la ilegalidad y el trabajo forzado, llegan a mercados clave como la Unión Europea, Norteamérica y el Reino Unido.

La EJF ha hecho un llamado a la cooperación internacional y a la creación de regulaciones que pongan fin a la impunidad en alta mar. Steve Trent, CEO y fundador de la organización, advirtió que “sin acción urgente, nos dirigimos al desastre” y urgió a los gobiernos a “actuar juntos para protegerlos, o arriesgar una catástrofe que reverberará más allá de estas aguas”. Entre las recomendaciones de la EJF se encuentran la prohibición de importaciones ligadas a abusos, la implementación de un monitoreo electrónico remoto y la creación de límites de captura basados en la ciencia.

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