Las grandes exportadoras de granos, clave en la estrategia del Gobierno para sumar US$7.000 millones a las reservas

El gobierno eliminó retenciones a granos hasta el 31 de octubre, en un intento de ingresar u$s7.000 millones a las reservas del Banco Central. Las exportadoras Cargill, Bunge, Dreyfus y Cofco son clave para el éxito de la medida.

Cargill, una de las cerealeras más importantes del mundo. Foto Web

La sorpresiva decisión del presidente Javier Milei de eliminar las retenciones a la exportación de granos hasta el 31 de octubre ha puesto a la industria agroexportadora en el centro de la escena económica. El objetivo de la medida es incentivar a los productores a liquidar sus stocks para que ingresen unos US$7.000 millones al Banco Central, lo que daría un respiro al gobierno en su lucha por contener el tipo de cambio y disipar las dudas sobre el pago de una abultada deuda en los próximos meses.

El éxito de la medida, que revierte una política que se mantuvo por más de 20 años en la Argentina, depende de un puñado de grandes empresas exportadoras que dominan el mercado. La mayoría de ellas, conocidas como “las cuatro cerealeras”, son de origen extranjero y controlan los principales eslabones de la cadena de valor de la industria.

Las cuatro grandes del mercado de granos

La primera de ellas es la estadounidense Cargill, que se mantiene en manos de las familias Cargill y McMillan y es un líder histórico en el negocio. Otra es Bunge, que nació en el país como Bunge y Born, pero que ahora es estadounidense y ha multiplicado su tamaño tras fusionarse con Viterra, la ex Glencore. A estas dos se suma la suiza Dreyfus, que también tiene una fuerte presencia en el mercado.

El cuarto gran actor es Cofco, una empresa estatal china que ha escalado posiciones hasta convertirse en la cuarta exportadora del ranking. Cofco es la dueña de la local Nidera y de Noble, y se ha consolidado como el mayor fabricante y comerciante de alimentos en el gigante asiático.

Estas cuatro compañías, junto a otras de la talla de la estadounidense ADM, la local Molinos Agro y la cooperativa ACA, poseen las principales plantas de molienda del país, que se extienden en un corredor de 65 kilómetros entre Timbúes y General Lagos. En esta zona se procesa el 85% de la cosecha de soja, que luego es transformada en aceites, harinas y pellets para la exportación.

Un mercado con un gran potencial

La decisión del gobierno de eliminar las retenciones al agro hasta el 31 de octubre busca incentivar la liquidación de un stock que, según los analistas, asciende a u$s9.500 millones. El gobierno ha fijado como meta el ingreso de u$s7.000 millones, un monto que, de concretarse, serviría para reforzar las reservas del Banco Central y para afrontar el pago de u$s4.300 millones a bonistas en enero, que se ha convertido en un gran desafío para el gobierno.

El éxito de la medida también dependerá de la respuesta de los productores, que deberán decidir si confían en la promesa del gobierno de que la medida es transitoria y que no se volverán a reimplantar las retenciones. La industria agroexportadora, en este sentido, se encuentra en un momento de gran oportunidad. Con la eliminación de los impuestos, los productores podrán obtener un “precio lleno” por sus granos, lo que podría impulsar la producción y la inversión en el sector. El futuro de la economía argentina, en definitiva, se jugará en los próximos días en las grandes plantas de molienda.

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