El rescate de EE.UU. interrumpió la crisis económica, forzando a todos (Gobierno, oposición, electores) a recalcular estrategias. El apoyo vino con condicionalidades electorales explícitas. Si bien el dólar se calmó, el autor advierte que “la tranquilidad de los mercados no termina con la intranquilidad de los bolsillos”, y las reformas estructurales siguen pendientes.