El dólar mayorista abrió a la baja, pero subió hasta $1450 en la sesión —límite cercano al techo de la banda de flotación fijada en $1480,7— aunque luego la aparición de oferta en el mercado, principalmente ventas del Banco Central (BCRA) por cuenta del Tesoro a $1380, estabilizaron la cotización, que cerró en $1380. En el segmento minorista, el dólar alcanzó los $1400 en el Banco Nación, con un incremento diario del 1,4%.
En contraposición, los dólares financieros aumentaron con fuerza: el contado con liquidación (CCL) superó los $1530, mientras el dólar MEP se ubicó en torno a $1487, reflejando subas cercanas al 2,2% y ampliando la brecha cambiaria a aproximadamente 10% respecto al dólar mayorista.
El riesgo país, índice que mide la prima de riesgo sobre la deuda soberana argentina, subió un 7,1% hasta 1203 puntos básicos luego de que los bonos soberanos en dólares, que inicialmente mostraron leves rebotes, retornaran a caídas de hasta 3% en Wall Street.
En septiembre el riesgo país llegó a tocar 1500 puntos a mediados de mes, con un repunte momentáneo posrespaldo financiero de Estados Unidos que no logró sostenerse.
Las acciones argentinas también tuvieron un desempeño negativo: el S&P Merval descendió 2,1% en la jornada y acumula una baja del 21,1% en septiembre. Los papeles de bancos y empresas energéticas fueron los más afectados, con caídas que superaron el 25%. En Wall Street, los ADR argentinos registraron pérdidas de hasta 6,7% en bancos como Banco Macro y Supervielle.
El escenario se explica en parte por la finalización de un período excepcional de liquidación de divisas del sector agroexportador, que aportó más de US$1300 millones el último día.
Sin embargo, la presión de la demanda minorista de dólares —estimulada por el pago de sueldos formales— y las restricciones cambiarias, como el “cepo cruzado” implementado por el BCRA que impide vender dólares financieros tras comprar oficiales por 90 días, incrementaron la especulación y tensionaron los mercados.