Las acciones y bonos argentinos volvieron a negociarse en baja este miércoles en Wall Street, evidenciando la persistente desconfianza de los inversores en la economía local. Este movimiento se da en un contexto de incertidumbre cambiaria y política, a menos de un mes de las elecciones legislativas que renovarán 127 bancas en el Congreso nacional.
En el mercado de cambios local, el dólar mayorista se negocia alrededor de $1.425, acercándose al techo de la banda establecido en $1.482. Este avance en la divisa oficial se produce en un escenario donde los bonos soberanos denominados en dólares retroceden en promedio un 3,8%. El bono Global 2046 (GD46) experimentó la mayor caída, con un descenso del 7,1%.
Entre las acciones argentinas que cotizan en dólares en Wall Street, la mayoría exhibe pérdidas, encabezadas por Mercado Libre con un retroceso del 4%. La tendencia negativa también acompaña a las bolsas neoyorquinas, que registraron una rueda baja impulsada por el cierre parcial del gobierno federal de Estados Unidos, tras el rechazo del Partido Demócrata a la propuesta republicana para financiar la administración federal.
Ante esta situación, el Gobierno argentino decidió implementar nuevamente trabas para limitar la triangulación especulativa con bonos y restringió la compra de divisas a bancos y entidades autorizadas, intentando contener la volatilidad cambiaria.
Los especialistas de Rava Bursátil señalaron que estas medidas apuntan a frenar el arbitraje entre el dólar oficial y el dólar MEP, fenómeno que ha generado un aumento moderado en la brecha cambiaria. A la vez, destacaron la importancia de la liquidación de divisas por parte del agro, que permitió al Tesoro captar cerca de USD 1.700 millones, una suma significativa para las reservas.
Según la consultora Qualy, la economía enfrenta “notoria fragilidad macroeconómica”, con sectores productivos estancados, fuerte presión en el mercado de cambios y un consumo muy contenido.
Un reciente y millonario apoyo del gobierno estadounidense al presidente Javier Milei busca ofrecer señales de fortaleza, sin embargo, aún no logra disipar la desconfianza del mercado. Informes del IERAL y especialistas locales coinciden en que la estabilidad dependerá tanto de la ingeniería financiera presente como del contexto político y los resultados electorales.
Gustavo Ber, economista del Estudio Ber, indicó que los activos domésticos mantienen un tono cauteloso, a la espera de definiciones concretas sobre la estrategia estatal y el ritmo de ejecución de medidas.
Ante la proximidad de elecciones clave, la dinámica cambiaria y el comportamiento de los mercados seguirán siendo vigilados con atención por inversores y analistas, en busca de señales claras para el rumbo económico argentino.