El misterio de por qué las mujeres viven más

Un estudio amplio sobre más de 1.100 especies confirma que en mamíferos las hembras superan a los machos en longevidad, mientras que en aves son los machos quienes viven más. Factores genéticos, sistemas de apareamiento y el cuidado parental influyen en estas diferencias.

Este enfoque comparativo brinda una perspectiva amplia para entender el fenómeno. Foto: La Redacción.

Brecha de esperanza de vida entre sexos: un fenómeno global y animal

La esperanza de vida promedio mundial es de aproximadamente 74 años para las mujeres y 68 años para los hombres. Este patrón se reproduce en gran parte del reino animal, sobre todo en los mamíferos.

Un análisis de 1.176 especies, realizado por Johanna Stärk y su equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, aporta la evidencia más completa sobre estas diferencias sexuales en longevidad.

El estudio revela que en el 72% de las especies de mamíferos, las hembras tienen mayor esperanza de vida, con una ventaja promedio del 12% al 13%. En contraste, el 68% de las aves muestra que los machos superan en longevidad a las hembras en cerca de un 5%.

La hipótesis del sexo heterogamético: un marco genético clave

Esta disparidad se explica, en parte, por el sistema de determinación del sexo. En los mamíferos, las hembras presentan dos cromosomas X, mientras que los machos tienen un cromosoma X y uno Y. La doble copia del cromosoma X en hembras ofrece protección contra mutaciones dañinas, mejorando su supervivencia.

En las aves, el sistema es inverso: las hembras son heterogaméticas (ZW) y los machos homogaméticos (ZZ). Según la hipótesis del sexo heterogamético, esta diferencia genética implica un costo en la longevidad para el sexo con cromosomas sexuales distintos, condicionando las diferencias en la esperanza de vida entre sexos.

Selección sexual y sistemas de apareamiento como variables evolutivas

El análisis también relaciona las diferencias en longevidad con los sistemas de apareamiento y la selección sexual. En mamíferos polígamos donde los machos compiten intensamente, como babuinos o gorilas, estos suelen morir antes que las hembras.

Esta alta inversión en rasgos físicos costosos, impulsados por la selección sexual, reduce los recursos disponibles para la supervivencia a largo plazo.

En las aves, aunque también existe una presión por la selección sexual en machos, esta ventaja en longevidad es menor debido a que las hembras heterogaméticas soportan los costos genéticos de su composición cromosómica.

Crianza y cuidado parental: un factor influyente en la longevidad

El sexo que invierte más en el cuidado parental tiende a vivir más tiempo. En los mamíferos, las hembras suelen asumir este rol, lo que representa una ventaja evolutiva para garantizar la supervivencia de las crías hasta alcanzar la madurez.

Cabe destacar excepciones, como en aves rapaces, donde las hembras son mayores y territoriales pero aún así viven más que los machos, un fenómeno que sigue siendo objeto de estudio.

El estudio evidencia que las diferencias en esperanza de vida entre mujeres y hombres tienen una raíz biológica profunda, influenciada por mecanismos genéticos y evolutivos, además de factores conductuales y ambientales.

Este enfoque comparativo brinda una perspectiva amplia para entender el fenómeno y abre puertas a futuras investigaciones en biología evolutiva y medicina.

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