A casi tres semanas del triple femicidio de Florencio Varela, la autopsia realizada al cuerpo de Morena Verdi, una de las víctimas, reveló detalles horrendos que confirman la brutalidad del crimen. Según el informe forense, el asesinato tuvo lugar entre el viernes 19 y la madrugada del sábado 20 de septiembre. La joven de 20 años habría sufrido un probable shock neurogénico derivado de una estrangulación, y su cuerpo presentaba lesiones diversas, muchas de ellas posteriores a la muerte.
Entre los elementos encontrados junto al cuerpo estaban cordones, precintos, una bolsa y un pañuelo, que podrían estar relacionados con el modus operandi de los agresores.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sostuvo que las jóvenes fueron víctimas de un asesinato “brutal y salvaje”. La investigación avanza con la captura en Perú del considerado autor intelectual del crimen, Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, y su mano derecha Matías Agustín Ozorio. Aunque nueve personas ya fueron detenidas, todavía hay tres sospechosos prófugos, y se estima que al menos 15 personas estuvieron implicadas directa o indirectamente en el hecho.
Entre los detenidos destacan personajes vinculados a la escena del crimen, como la inquilina y el propietario de la casa donde se encontraron los cuerpos, así como sospechosos involucrados en el transporte de las víctimas y en la preparación del lugar donde fueron enterradas.
Este crimen de alta violencia está siendo investigado como un ajuste de cuentas dentro del narcotráfico, con una transmisión vía redes sociales que buscaba atemorizar a grupos rivales. Aún se espera la definición del móvil exacto, pero la vendetta narco y la posible relación con el robo de una cantidad significativa de droga forman parte de las hipótesis centrales.
El triple femicidio conmocionó al país por su extrema crueldad y la presencia de jóvenes mujeres como víctimas, dando lugar a un fuerte reclamo social y político para que se profundicen las investigaciones y se detenga a todos los responsables.