El BCRA, que tiene un techo mayor para intervenir dentro de la banda (cerca de $1.480), cuenta con reservas acotadas y con mayores riesgos en su estrategia cambiaria. Ante este panorama, los operadores del mercado observan una posible volatilidad creciente y mayor presión sobre el tipo de cambio oficial en el corto plazo.
Por otra parte, la intervención del Tesoro sostiene artificialmente la cotización del dólar, pero también provoca aumentos en las tasas de interés en pesos, debido a la reducción de liquidez en el mercado monetario. Esta dinámica agrega presión económica durante un periodo de incertidumbre electoral.
En cuanto a la banda cambiaria, el Tesoro mantiene la cotización del dólar justo por debajo del límite inferior del techo, desplazando sus órdenes de venta entre $1.425 y $1.430 en las últimas jornadas para frenar una subida mayor.
No obstante, si el dólar tocara los $1.480, la venta de divisas sería ejecutada directamente por el Banco Central, situación que ya preocupa a analistas por las reservas internacionales limitadas que posee.
Finalmente, la continuidad de esta política de intervención depende de múltiples factores políticos y económicos, incluyendo el resultado electoral y el avance en las negociaciones financieras con Estados Unidos y organismos internacionales.
La proximidad al agotamiento del poder de fuego del Tesoro para contener al dólar llama a la reflexión sobre la sostenibilidad de esta estrategia cambiaria. ¿Logrará el Gobierno mantener estabilidad en el mercado sin comprometer reservas clave? El desarrollo de las próximas semanas y el contexto electoral serán decisivos para responder estas interrogantes.