¿Burbuja o respaldo? El oro toca máximos históricos

El precio del oro superó los u$s4.000 la onza por compras de bancos centrales. Gestoras como Generali debaten si es una burbuja o si hay fundamentos firmes, con proyecciones de hasta u$s5.000. El metal se consolida como activo refugio ante la incertidumbre global.

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El valor del oro se ha disparado, superando los u$s4.000 por onza y acumulando un crecimiento de más del 50% en lo que va del año. Esta escalada sin precedentes ha puesto en el centro del debate a las gestoras financieras más grandes del mundo, como Vontobel, Generali y Schroders, que analizan si el metal precioso se sostiene en fundamentos sólidos o si, por el contrario, se encuentra en una burbuja especulativa. Las proyecciones más audaces estiman que el precio podría trepar hasta los u$s5.000 por onza.

Los bancos centrales como motor del rally

Marco Mencini, responsable de análisis en Plenisfer Investments (perteneciente a Generali Investments), argumenta que el fuerte aumento del oro se debe a un cambio estructural impulsado por la geopolítica. Mencini sostiene que los bancos centrales son los responsables del 94% del rally desde 2022, una dinámica que se desató tras el congelamiento de activos en dólares de Rusia. El analista explica que estas instituciones quintuplicaron sus adquisiciones, buscando un activo refugio ante la “presión sobre los bonos y la pérdida de valor del dólar como moneda de reserva”.

Mencini también señaló que el mercado está anticipando una política monetaria menos restrictiva en Estados Unidos, lo que impulsa la demanda de activos refugio. Si la Reserva Federal adopta un enfoque más laxo, esto implicaría una mayor inflación, lo que fortalecería la posición del metal. Para ilustrar el potencial de subida, el analista advirtió que si solo el 1% del capital privado invertido en deuda pública estadounidense se desplazara al oro, el precio “podría trepar hasta los u$s5.000 por onza“.

Un activo refugio en un mundo incierto

Desde Vontobel, la gestora Regina Hammerschmid descartó una corrección inmediata, a pesar de que el oro batió 52 máximos históricos en 2025. Hammerschmid afirmó que no percibe un “gran riesgo a la baja”, dada la convergencia de factores estructurales y cíclicos:

  • Factores estructurales: el debilitamiento del dólar, la preocupación por el nivel de la deuda estadounidense, el cuestionamiento a la independencia de la Reserva Federal y los riesgos geopolíticos.

  • Factores cíclicos: la desaceleración del mercado laboral y las tensiones comerciales globales.

La especialista considera que el oro mantiene su atractivo como “cobertura frente a la incertidumbre global”, en un contexto en el que los inversores buscan resguardar sus carteras ante la volatilidad de las políticas monetarias.

Por su parte, James Luke, gestor de fondos de materias primas en Schroders, descartó que exista un exceso de euforia entre los inversores occidentales. Según Luke, el repunte se explica por las “compras de bancos centrales e inversores institucionales de mercados emergentes”, mientras que en Occidente aún predomina la cautela, producto de los años de bajo rendimiento que el oro tuvo entre 2005 y 2015. No obstante, el analista anticipa una “participación más agresiva del inversor occidental” en el futuro, lo que reforzaría el precio del metal.

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