Lula Da Silva: “El hambre no es una tragedia inevitable, es una decisión política”

El presidente de Brasil alertó que, pese a producir suficientes alimentos para todos, millones sufren hambre por la concentración de la riqueza y decisiones políticas que priorizan armamento sobre desarrollo. Destacó los avances de Brasil en la lucha contra el hambre y convocó al mundo a un compromiso global para erradicar la pobreza.

Foto: Gentileza del CELS

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó en una nota de opinión de su autoría que la existencia del hambre en el mundo no es una tragedia inevitable ni una condición natural, sino una decisión política. En un contundente llamado a la comunidad internacional, Lula destacó que, aunque el planeta produce alimentos suficientes para todos, persisten 673 millones de personas sin acceso a una alimentación adecuada debido a decisiones gubernamentales y sistemas económicos que mantienen y promueven desigualdades.

Lula recordó que en 2024 los gastos militares alcanzaron un récord histórico de 2,7 billones de dólares, mientras que los compromisos para invertir en desarrollo y combatir la pobreza quedan nuevamente postergados. Ante esta realidad, el líder brasileño subrayó la necesidad urgente de reformar los mecanismos globales de gobernanza, fortalecer el multilateralismo y priorizar políticas públicas que reduzcan la desigualdad y garanticen el derecho a una alimentación digna.

El mandatario valoró los avances alcanzados en Brasil desde su regreso al poder en 2023, donde la lucha contra el hambre se ha convertido en una prioridad gubernamental. Destacó la ampliación de programas sociales, la mejora en la alimentación escolar gratuita y el aumento del salario mínimo, acciones que permitieron sacar del hambre a 26,5 millones de brasileños y sacar al país nuevamente del mapa mundial del hambre de la FAO. “Mucho dinero en la mano de pocos simboliza miseria, prostitución y hambre. Poco dinero en la mano de muchos significa prosperidad, decencia y dignidad para todos”, enfatizó.

En su discurso, Lula anunció que Brasil volverá a ser excluido del mapa del hambre antes de diciembre de 2026 y enfatizó que el combate al hambre debe acompañarse de una economía que genere empleo e ingresos para reducir la pobreza. Por ello, impulsó en el G20 una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, apoyada por más de 200 países y organizaciones, que busca recursos y cooperación internacional para erradicar la inseguridad alimentaria.

Finalmente, Lula reclamó a los gobiernos que “asuman la responsabilidad de cuidar a los pobres” y cambiar prioridades globales, invirtiendo en desarrollo sostenible en lugar de armamento, y colocando a las personas y la lucha contra el hambre en el centro de las políticas públicas.

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