La representación diplomática palestina se alberga detrás de una imponente puerta de madera antigua, un timbre algo desgastado y la bandera palestina ondeando en la calle Reconquista, en el corazón de Buenos Aires. La calidez y hospitalidad que se percibe adentro puede sorprender a cualquier porteño acostumbrado al ritmo duro de la ciudad. La luz abundante, estantes llenos de libros, vestuarios históricos expuestos y escaleras con alfombras rojas ya gastadas pero con un pasado histórico, dan color a esta delegación.
Riyad Alhalabi, Encargado de Negocios de la Embajada de Palestina es la mayor autoridad actual dentro de la delegación, ya que el Embajador Husni Abdel Wahed finalizó su Misión en el país en enero 2022 y – hasta la fecha- no ha sido designado un nuevo Embajador; por lo qué el Sr. Alhalabi es el Jefe de Misión de todos los allí presentes.
Riyad nació en un campo de refugiados palestinos de Shatila, Beirut, Líbano, 31 de enero de 1975 y ha sido refugiado toda su vida. Ha vivido muchas guerras, en el Líbano, como la masacre de Sabra y Chatila en 1982, donde murieron más de cuatro mil personas en solo tres días.
El reciente anuncio del alto al fuego desde Sharm el-Sheikh representa un paso fundamental para detener lo que Riyad Alhalabi llama “732 días de agresión conocida contra el pueblo palestino en Gaza”. Para Alhalabi, este acuerdo es “una necesidad humana y un imperativo moral”, que reconoce el derecho fundamental a la vida, dignidad y libertad ante un genocidio incesante.
“El alto al fuego es un paso importante, pero no suficiente”, aclara Alhalabi, al tiempo que enfatiza que “una paz duradera exige rendición de cuentas por los crímenes cometidos, también justicia para las víctimas palestinas asesinadas y la destrucción de más del 85% de la ciudad de Franja de Gaza, que es una ciudad que lleva 5000 años de edad”. En este sentido, sostiene que “las medidas humanitarias son urgentes, pero no pueden sustituir la justicia ni resolver las causas políticas del conflicto”. Por ello, llama a “empezar un proceso serio internacional de investigación para juzgar las acciones militares israelíes bajo el control, la investigación de la Corte Penal Internacional y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, porque solo cuando hay justicia podrá concebirse una paz verdadera y sostenible”.