Una amenaza poco visible
El acto cotidiano de tirar de la cadena de un inodoro, especialmente en baños públicos, genera una columna de aerosoles que se dispersa en el ambiente.
Según un estudio científico reciente realizado en laboratorio, esta columna puede alcanzar alturas superiores a 1,5 metros en apenas ocho segundos tras la descarga, gracias a un chorro de agua turbulento que impulsa las partículas hacia arriba y hacia atrás, hacia la pared trasera del inodoro.
Este fenómeno no es solo un dato físico: estos aerosoles pueden transportar microorganismos presentes en las heces, incluidos virus y bacterias, algunos de los cuales podrían causar enfermedades.
Sin embargo, la investigación subraya que aunque los aerosoles están presentes y pueden contener patógenos, la probabilidad exacta de contagio o transmisión en espacios reales depende de varios factores, como el comportamiento de las personas y las condiciones de ventilación.
Cómo se formó y estudió la columna de aerosoles
El estudio se realizó con un inodoro comercial común en América del Norte, sin tapa y con sistema de descarga automática. Para observar la dinámica de los aerosoles, los investigadores usaron tecnología láser y cámaras científicas que iluminaron y registraron el movimiento de las partículas en un plano vertical a lo largo de varios segundos.
Así pudieron medir la velocidad, dirección y cantidad de partículas expulsadas con gran precisión. Encontraron que el flujo expulsado tiene velocidades incluso superiores a 2 metros por segundo en algunos momentos del ciclo de descarga, lo que facilita que las partículas viajen y se mantengan suspendidas en el aire por varios segundos o minutos.