Santiago Caputo, hasta hace poco un asesor discreto y casi invisible, se ha convertido en uno de los operadores políticos más visibles e influyentes dentro del Gobierno de Javier Milei. Su ascenso lo llevó a abrir una cuenta oficial en X, donde no solo maneja la comunicación estratégica, sino que también empezó a mostrarse en reuniones con dirigentes de la oposición y a gestionar encuentros en Washington, ampliando su esfera de acción.
Caputo, con un perfil ligado inicialmente al marketing y la comunicación digital más que a la política tradicional, es hoy señalado como posible jefe de Gabinete tras las elecciones. Su modo de operar, basado en la polarización y simplificación de mensajes, ha sido crucial para posicionar a Milei y su agenda reformista en el centro del debate público nacional.
Pese a las tensiones internas, sobre todo con el jefe de Gabinete Guillermo Francos y las disputas en el llamado “triángulo de hierro” con los hermanos Milei, Caputo gana terreno como el verdadero poder tras bambalinas, lo que ha generado preocupación y especulaciones dentro del oficialismo y la oposición.
La relación con el expresidente Mauricio Macri también marcó la agenda reciente, con intercambios públicos y gestos de diálogo que contrastan con la dureza política tradicional. Caputo se muestra dispuesto a construir “una nueva mayoría reformista” para llevar adelante cambios profundos en el Congreso.
Este giro en su estilo, de la discreción al protagonismo, representa un cambio simbólico que refleja cómo se mueve el tablero de poder en el gobierno libertario, donde Caputo se proyecta como un actor clave para la consolidación política y la renovación del Gabinete.