El banco internacional JP Morgan actualizó sus proyecciones para el mercado financiero argentino luego de la contundente victoria del oficialismo en las elecciones legislativas. Según un informe difundido en octubre de 2025, el riesgo país podría reducirse en más de 440 puntos básicos, ubicándose alrededor de los 650 puntos básicos, muy cerca del promedio de enero de este año (627 puntos). Esto representa una mejora significativa respecto a los 1.081 puntos registrados justo antes de la elección.
JP Morgan destacó que esta caída del riesgo país se acompaña de una expectativa positiva en los mercados, potenciada por el respaldo político del Gobierno y el apoyo concreto de Estados Unidos. El informe menciona que dicho apoyo incluye medidas para impulsar la demanda de bonos en dólares, como recompras potenciales, lo que fortalecerá la recuperación financiera de Argentina.
Además, el banco informó que los bonos argentinos podrían experimentar aumentos de precio, acercándose al rendimiento del 11,4% de los títulos ecuatorianos 2035. Esta dinámica sugiere un ciclo virtuoso de políticas fiscales basadas en la disciplina y esfuerzos para incrementar las reservas internacionales.
JP Morgan también proyectó que el mercado podría entrar en un periodo prolongado de convergencia hacia soberanos más riesgosos, con un perfil de deuda que muestra señales de recuperación fuerte en los bonos a largo plazo. Se mantiene la recomendación de tener sobrepeso (overweight) en Argentina dentro de la cartera modelo EMBIGD, anticipando un desempeño favorable del crédito soberano hasta fin de año.
En paralelo, el informe alertó que las tasas locales podrían bajar de manera significativa, acercándose a niveles históricos tras la eliminación de controles de capital. Se prevé que el mercado cambiario pase a ser el foco principal, con posibles ajustes para restaurar la acumulación de reservas y mantener la estabilidad monetaria.
Finalmente, el banco estimó que la prima de riesgo política, que hasta ahora pesó sobre los mercados argentinos, puede retroceder marcadamente, otorgando mayor flexibilidad al banco central para relajar condiciones monetarias y normalizar requisitos de encaje.
Este panorama optimista llega luego de meses de estancamiento y augura una pronta recuperación económica con una trayectoria descendente de la inflación, en un contexto de apoyo internacional y estabilidad política.