El huracán Melissa, que alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, tocó tierra este martes en Jamaica con vientos sostenidos de hasta 280 kilómetros por hora. Considerado la tormenta más poderosa que ha golpeado la isla en décadas y el tercer ciclón más intenso en la temporada de huracanes del Atlántico 2025, Melissa pone en alerta roja a las autoridades y a la población.
Las previsiones auguran hasta un metro de lluvia y marejadas ciclónicas de hasta cuatro metros en la costa sur de Jamaica, elevando el riesgo de inundaciones devastadoras y deslizamientos de tierra. El Centro Nacional de Huracanes destacó la naturaleza lenta del huracán, un factor que incrementa el tiempo de exposición a vientos extremos y lluvias intensas.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja estima que al menos 1,5 millones de jamaiquinos se verán afectados, con interrupciones en servicios esenciales, cortes eléctricos y aislamiento de comunidades. Pese a las advertencias y la habilitación de aproximadamente 880 refugios, muchas personas han desoído las órdenes de evacuación.
Autoridades meteorológicas, incluido el primer ministro Andrew Holness y voceros de la Organización Meteorológica Mundial, han advertido del impacto catastrófico inminente y la dificultad para superar los daños estructurales que el huracán causará. Jamaica y el resto de las islas caribeñas ya enfrentan la amenaza del cambio climático, que potencia la frecuencia, velocidad y agresividad de los huracanes.
Melissa continuará su trayectoria hacia el sureste de Cuba y Bahamas, donde se esperan igualmente fuertes lluvias y vientos. Esta tormenta confirma el escenario de emergencia climática global y la necesidad urgente de prepararse para fenómenos meteorológicos cada vez más extremos.