Berlín aprueba el mayor aumento del salario mínimo en diez años

El Gobierno alemán aprobó la mayor subida del salario mínimo en una década, alcanzando los 14,60 euros por hora para 2027. La medida busca beneficiar a 6,6 millones de trabajadores y reactivar la economía en medio de la crítica sobre el estancamiento y la alta deuda del país.

El Gabinete del Canciller alemán Friedrich Merz ha dado luz verde al incremento más significativo del salario mínimo desde su implementación hace una década. La medida, que busca impulsar el crecimiento económico en un momento de estancamiento nacional, establece un aumento gradual de casi el 14% hasta 2027, con un valor final de 14,60 euros por hora. Este ajuste se traduce en un salario mínimo mensual de 2.336 euros para quienes cumplan una jornada completa.

La socialdemócrata Bärbel Bas, ministra de Trabajo, presentó el reglamento que fija el incremento inicial de los 12,82 euros actuales a 13,90 euros a partir del 1 de enero de 2026. La subida final, a 14,60 euros, se concretará un año después.

Beneficios sociales y costos empresariales

La subida del salario mínimo beneficiará a un estimado de 6,6 millones de trabajadores, con un impacto particular en las mujeres y los residentes de los antiguos estados del este de Alemania. La Oficina Federal de Estadística proyecta que quienes trabajen a tiempo completo percibirán unos 190 euros brutos más al mes a partir de enero de 2026.

La ministra Bas celebró la decisión como “una historia de éxito para millones de personas que trabajan duro”, y un paso importante para lograr “mayor justicia y reconocimiento”.

Sin embargo, la medida no está exenta de costos para el sector empresarial. Las empresas enfrentarán costes salariales adicionales de cerca de 2.200 millones de euros el próximo año. La Asociación de la Economía Bávara advirtió que será un “aumento doloroso que supondrá un reto para algunos sectores”, y anticipó un posible incremento moderado en los precios de bienes y servicios.

La debilidad económica y la presión por las reformas estructurales

El aumento del salario mínimo se produce en un contexto de debilidad económica. A diferencia de 2015, cuando se introdujo el salario mínimo con el país en pleno crecimiento, los principales institutos económicos del país apenas esperan una evolución del Producto Interno Bruto del 0,2% en 2025. La economía alemana lucha contra la disminución de la población activa y la pérdida de capacidad de innovación.

El Gobierno de Merz ha iniciado un “otoño de reformas” que incluye propuestas para reducir la burocracia y digitalizar el Estado. Sin embargo, el Canciller ha dejado entrever que los cambios, que podrían ser “dolorosos” para el Estado de bienestar, requerirán “paciencia”, ya que se aplicarán a lo largo del próximo año.

En paralelo, los sindicatos (Verdi e IG Metall) han criticado que el plan de Merz es un “otoño de atrocidades” y exigen un impuesto sobre el patrimonio de los súper ricos para sostener el estado del bienestar, una propuesta rechazada por el Gobierno, que cuenta con el respaldo de la patronal. En este contexto de crisis, “El País” señaló que “Alemania lleva años sin crecer, a diferencia de cuando se introdujo el salario mínimo en 2015”.

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