El Congreso de la Confederación General del Trabajo (CGT), sesionado en el estadio de Obras Sanitarias, vivió un capítulo clave en la definición de su conducción para los próximos años. Los 2.186 congresales de más de 200 sindicatos votaron a mano alzada para mantener el esquema ya acordado de un triunvirato sindical integrado por Octavio Argüello (Camioneros), Jorge Sola (Seguros) y Cristian Jerónimo (empleados del vidrio).
Esta decisión representó un rechazo contundente a la propuesta del sector liderado por Luis Barrionuevo y sus aliados, quienes buscaron revertir el esquema y regresar a la figura de un único secretario general. La alternativa de un liderazgo unipersonal, con Gerardo Martínez (UOCRA) como posible candidato, no logró siquiera su aceptación de ese dirigente.
A pesar del respaldo mayoritario al nuevo triunvirato, las tensiones internas y la falta de consenso completo persisten. Algunas agrupaciones opositoras, entre ellas los sindicatos de Gastronómicos, UTA y La Fraternidad, amenazan con retirarse si no se atienden sus demandas, lo que podría generar una fractura en la unidad cegetista.
El renovado triunvirato deberá enfrentar los desafíos de mantener la unidad del movimiento obrero y encarar el debate crucial sobre la reforma laboral propuesta por el gobierno nacional. El acuerdo alcanzado contempla también la incorporación de dirigentes representativos de diversos sectores, con cambios en cargos clave dentro del Consejo Directivo.
En este contexto, el futuro de la CGT estará marcado por la capacidad de la conducción para gestionar diferencias internas y consolidar una estrategia colectiva que responda a las demandas de los trabajadores y a las presiones del escenario político y económico.