Israel también está incumpliendo otros compromisos del acuerdo de paz. El paso de Rafah con Egipto se mantiene cerrado, y la entrada de camiones de ayuda es inferior a las 600 unidades diarias pactadas. Las agencias de ayuda humanitaria advierten que el inicio del invierno y los días consecutivos de lluvia han convertido los campamentos de desplazados en un “frío barrizal”. La Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU ha solicitado más de 300.000 nuevas tiendas de campaña para la población desplazada.
La Franja de Gaza se encuentra, además, dividida territorialmente. La mitad del enclave está desierta y bajo control israelí, separada de la otra mitad por la Línea Amarilla, una frontera trazada en el acuerdo de alto el fuego que Israel está consolidando con bloques de hormigón, en lo que parece ser una frontera “definitiva o, al menos, a largo plazo”. Hamás, por su parte, ha frenado el ritmo de entrega de los últimos tres cadáveres de los rehenes que aún mantiene cautivos en la Franja.