Venezuela Anuló Exportaciones de Gas a Trinidad y Tobago tras Incidente Naval

Venezuela rompió sus acuerdos de gas con Trinidad y Tobago, acusándola de “complicidad” con EE. UU. en la incautación de un buque petrolero. Caracas considera el hecho un acto de piratería y canceló todos los proyectos de explotación conjunta en el Caribe.

Puerto España de Trinidad y Tobago

El Palacio de Miraflores anunció la interrupción total de sus convenios gasíferos con Trinidad y Tobago, tras acusar a la isla de cooperar con Estados Unidos en la captura de un navío petrolero. Para la administración de Nicolás Maduro, la participación de Puerto España en la incautación del buque Skipper —que transportaba casi dos millones de barriles de crudo— constituye un acto de “piratería” y una violación a la soberanía venezolana.

Como represalia inmediata, Caracas declaró la extinción de cualquier negociación o contrato derivado del Acuerdo Marco de Cooperación Energética. Esta decisión afecta proyectos estratégicos de infraestructura, como la explotación conjunta del yacimiento Campo Dragón, situado en aguas jurisdiccionales de Venezuela.

Escalada de Tensión en el Caribe

La relación bilateral ha sufrido un deterioro acelerado desde que Kamla Persad-Bissessar asumió el mando en mayo de 2025, lo que llevó al Gobierno venezolano a endurecer su retórica diplomática. La Vicepresidencia de Venezuela calificó al territorio trinitense como un “portaaviones” subordinado a Washington, acusando directamente a la mandataria de facilitar maniobras de vasallaje contra la soberanía de su país. Esta tensión se incrementó con la denuncia de Caracas sobre la autorización otorgada por Puerto España para que aviones de guerra estadounidenses operen logísticamente en sus terminales, en sintonía con el despliegue militar de Donald Trump en la zona. De esta manera, la anulación de los pactos energéticos termina por dinamitar una alianza de diez años que permitía a la isla negociar bajo excepciones a las sanciones norteamericanas.

El Caso del "Buque Fantasma"

La mecha del conflicto fue la confiscación del carguero Skipper el pasado 10 de diciembre. Según fuentes judiciales estadounidenses, el barco operaba con bandera falsa y tenía antecedentes vinculados al contrabando de hidrocarburos iraníes. Washington ha intensificado el monitoreo de la denominada “flota oscura” con la que Venezuela intenta evadir el bloqueo comercial, provocando que diversos buques alteren sus rutas de navegación en el Caribe para evitar capturas similares.

Mientras tanto, Trinidad y Tobago justifica su postura como parte de una cooperación bilateral estándar en seguridad con EE. UU., que incluye entrenamiento antinarcóticos y sistemas de radar avanzados, alejándose cada vez más de la órbita de influencia de su vecino continental.

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